Viernes 15/12/2017, 14:48:17
El póster
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Hace unos días llegó a La Visera, la carta que un joven norteño, de 17 años, le escribió a su abuelo quien dejó este mundo el martes 28 de noviembre. Nos sentimos conmovidos al conocer en la epístola la historia de vida de Samir, por lo cual queremos compartir con todos ustedes estas sentidas líneas para que recordemos siempre quien nos heredó esta pasión.La carta completa:“EL POSTER EN LA PIEZA DE MI TATA”En un día fresco de Diciembre, bajo la luna de Tucumán a horas de la Final escribo esto en la pieza de mi Tata.Soy un pibe de 17 años que vive en el norte del país, en la Capital de Tucumán. Hace una semana murió mi abuelo, mi Tata.Con este hombre he vivido esta corta etapa de mi vida; el cariño me ha impedido separarme de él muchas veces, de tal forma que hasta mis padres se han mudado y yo no pude irme.En pocas palabras, fue el responsable de una gran parte de mi crianza.Hace un mes y medio le habían diagnosticado de cáncer en los pulmones, en su fase final, lo que imposibilitó dar uso a tratamientos que eviten la fatalidad. Cuando me enteré me costaba entender que con quien he vivido la vida, en cualquier momento, podría no estar más. Pero muchas veces trate de entenderlo, forma parte de este gran misterio.Estos últimos meses estuve pensando en su legado, en todo lo que me dejó; de niño no me gustaba el fútbol, me compraban camisetas de Boca y de San Martín de Tucumán, y si por alguna razón me preguntaban los familiares era un Xeneize por obligación.Fueron pasando los años hasta que este bello deporte se instaló en mi mente.Un día entré a la pieza de mi abuelo. Se encontraba leyendo el diario:-¿Quiénes son? - le pregunté señalando un viejo “poster” del año 94’ que estaba pegado en su armario.-Es Independiente. Uno de los grandes. Ser de River y de Boca está de moda, Independiente es el Rey de Copas.- me dijo orgulloso.-¿Cómo que el “Rey de Copas”? - sin entender le pregunté.-Si, el que más copas tiene. - me contestó soberbiamente mostrándome una camiseta de Independiente llena de diablitos.Me hice de Independiente.Me tocó vivir una dura época para el club, y para mí como hincha. Me tocó ser hincha de Independiente cuando nos fuimos al descenso, cuando ya habíamos ganado la Copa Sudamericana. Pensé que me dejó un legado bastante duro: un club repleto de historia el cual nunca vi salir campeón. Un club grande que daba miedo el cual vi jugar en los estadios recónditos del Nacional.Me tocó ser de Independiente y ver crisis, me tocó ser de Independiente y bancarme las cargadas de amigos bosteros, de los de River. Me tocó ser de Independiente, verlo eliminar de la Copa Argentina contra cualquiera. Me tocó ser de Independiente, el club con mas copas Libertadores y nunca verlo ni siquiera jugar una edición.La primera vez que tuve el presentimiento de que mi abuelo se moría pensé en el Rojo. Cuando me hablaba de Independiente se le llenaban los ojos de lagrimas, me contaba como escuchó por la radio el día que destrozamos a la Juventus, la vuelta en el 84’. Se le llenaban los ojos de lagrimas cuando decía Bochini, el viejo Bochini. Le temblaba la voz cuando decía que su papá era del Rojo; me contaba que Independiente daba miedo, me habló del paladar negro, las finales jugadas y ganadas, la Libertadores. Y yo, cuando llegaba un sábado a mi casa, entraba a su pieza contento para decirle que le habíamos ganado a Temperley, a Patronato, a Racing. Sonreía, sabía que no era una hazaña.Luego de un mes de sufrir los dolores del cáncer lo internaron porque se sentía mal. Estaba en terapia intensiva. Me causaba mucho dolor verlo así, solo, en las ultimas. Tenía 5 minutos en 24 horas para verlo y hablarle. Ya casi deliraba. Le habíamos ganado a Racing con suplentes en el Cilindro, y entre a terapia el día después para contarle; fue la ultima vez que lo ví sonreír.Me llamaron el Martes para verlo, estaba muy mal. Ya no podía ni mover lo ojos. Sabía que solo podía escucharme y no quería desaprovechar el momento, me costaba aceptar que en cualquier momento se iba morir.Entre los cables y oxigeno entré a terapia y me acerqué a su oído:-Hola tata, soy Samir.Cuando escuchó mi nombre aumentaron sus pulsaciones. De inmediato le dije que se tranquilizara y me entendió:-Vos quédate tranquilo, yo me voy a encargar de cuidarla a la abuela y no dejarla sola. - trataba de hablarme pero no podía hacer nada. Con los ojos llenos de lágrimas le dije luego - Hoy el Rojo da vuelta la serie y clasificamos a la final.Luego de oír eso volvieron aumentar sus pulsaciones y una vena se notaba en su frente. De inmediato le pedí tranquilidad y obedeció. Me despedí con un “te quiero” y le prometí volver mas tarde.Tres horas después nos llamarían para decirnos que mi Tata se había ido.En el momento de su velorio Independiente se llenó de gloria en el Libertadores de America y obtuvo el pase a la Final. No pude ver el partido pero estoy seguro de que él se fue para Avellaneda.Nuestra ultima conversación fue sobre Independiente, me deja tranquilo saber que le dije: “Vamos a jugar la final.”Me mudé a su pieza. Ya pasó una semana de su muerte. Todas la noches veo el “poster” de Independiente Campeón en el 94’. El miércoles que viene quiero pegar otro arriba de ese, sea como sea, campeones o no, y dejar mi huella en él, porque el me dejó una huella y un paladar negro.Cada vez qué pienso en que Independiente va a salir campeón siento que mi Tata está igual. Quiero verte campeón Independiente.Quiero un día tener un nieto a quién contarle esta historia.Tata, si por alguna razón lees esto, déjame abrazarte y decirte que vamos a salir campeones.Vos no te fuiste de este mundo, vos te fuiste a ver al Rojo.Te amo Tata, nos vemos pronto.