Sábado 18/02/2017, 19:27:20
[El Gráfico] Las 100 preguntas a Walter Erviti (2015)
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Walter Erviti, 100x100: “El vestuario de Boca está lleno de jugadores con mucho ego”
Ganador de siete títulos con algunos récords hoy juega en Banfield. De perfil muy bajo, habla, sin embargo, de temas calientes del fútbol argentino.
1 ¿Qué es un pecho frío? Una frase mediocre aplicada a ciertos jugadores que son incomprendidos por el simpatizante general. Yo admiro más al que intenta pensar y jugar que al que sólo corre. Me fastidia mucho cuando me dicen: “Che, qué bien, ¡cómo corriste hoy! Te felicito, sos un animal”. Me da vergüenza. Correr, corre cualquiera. Me parece más jodido pensar. Entonces, el hincha le dice “pecho frío” al que no transpira la camiseta. Igual, no me siento aludido, a mí suelen elogiarme el despliegue aun siendo un jugador con técnica.
2 ¿Qué significa un caño para vos? Es la gloria… Muchas veces, cuando me acuesto, viendo la tele o leyendo un libro, me pregunto: “¿Hice bien en dejar de jugar como jugaba?”. Porque antes disfrutaba mucho. Entraba al partido y hasta que no metía dos caños no empezaba a jugar. Sabía que la gente iba a verme hacer eso. Mi viejo me pedía “Tirame un caño para mí” y se ponía detrás de un arco. Yo lo hacía y lo miraba. Hasta los 23 años vivía para tirar caños. Caños de suela que, además, a la gente le gustan más. Sentía ese fútbol.
3 ¿Hay una técnica especial para los caños? A mí se me facilitaba porque los tiraba desde muy chico. Recibía la pelota y lo primero que se me venía a la cabeza era meter un caño y sabía que lo iba a hacer. Si estás convencido, te sale. No me importaba si era en mi área, contra la raya o si podía perderla. No jugaba con esos miedos. Amagaba hacer un pase, la tiraba para adelante, y cuando se me acercaban, la tocaba para el costado, de suela, y ahí metía el caño. A mí se me hacía más fácil pasar a un tipo tirándole un caño que gambeteándolo, lo usaba como herramienta.
4 ¿Podés clasificar los tipos de caños? No sé, tiene que estar la intención de tirar el caño y quedarte con la pelota del otro lado, porque están los que te tiran un misil entre las piernas, la pelota pasa, termina en cualquier lado, y dicen: “Mirá el caño que te hice”. No. Es fundamental mantener la posesión.
5 Además de tirar el caño, ¿también decías “sotana”? Para nada, nunca fui de hablar. Los rivales, igual, me puteaban mucho. Una vez, empatábamos 1-1 con Huracán en cancha de ellos, vino Graieb, le tiré el caño y empezó: “Pendejo, la concha de tu madre, te voy a matar”. No contesté, no lo miré. Después se pusieron 2-1, me vino a marcar, y le tiré otro caño. “Me arrepiento de lo que te dije, te felicito”, me dijo. Serna también me felicitó en la Bombonera. Un montón de veces me vinieron a buscar al vestuario y mis compañeros debieron meterse a separar, bah, a cuidarme en realidad, porque yo no me peleo.
6 ¿Tus compañeros también te puteaban en las prácticas? En una de las primeras le tiré un caño a Biaggio y aterricé de cabeza en el pasto: el Pampa me había dado un voleo en el culo. De esas tengo varias. Siguieron jugando como si nada, yo no pedí falta, claro. Derecho de piso. Igual, me había quedado con la gloria de haber tirado un caño y mostrarme.
7 ¿En México te pusieron “Mago” por los caños? Tuve una gran etapa en Monterrey, 6 años, fuimos campeones, y un caradura me puso ese apodo. No me gusta. No me gusta que hablen de mí en realidad. Ni que me reconozcan. A mí me gusta andar en la calle y que no sepan quién soy, por eso durante 12 años me corté el pelo de manera diferente (risas). No me gusta ni siquiera que me halaguen, disfruto ser un tipo común y corriente.
8 Pero hacías buenos trucos con la pelota, estaba bien el apodo… Cuando era chico me gustaba gambetear hasta que me enseñaron que el fútbol es otra cosa. El primero que me enseñó a ganar fue Oscar (Ruggeri). Me daba libertad: “Walter, hacé lo que quieras, tirá caños, sombreros, pero tenés que saber que cuando el partido termina, el equipo debe haber ganado”. Y me fui adaptando, porque no entendía. Después de haber debutado, Tocalli me llevó a Toulón con el Sub 21. “No quiero que tires caños”, me dijo. Me puso cinco minutos contra Portugal y tiré 4 caños… no jugué más (risas). “Vas a aprender sí o sí”, me dijo en el vestuario (risas).
9 ¿Es muy duro Mar del Plata en invierno? Para mí era igual que en el verano, porque lo único que hacía era jugar al fútbol. No he tenido otra variante en mi infancia ni en mi vida, así que corría detrás de una pelota y no sufría el frío. Es mi lugar de origen y lo he disfrutado muchísimo.
10 ¿Jugabas en la playa? No me gusta la playa. Tampoco los lugares donde hay mucha gente. Soy tímido desde chico, poco sociable, nunca me quedaba a dormir en la casa de amigos, me daba vergüenza. Hoy sigo siendo tímido, no me gusta relacionarme con la gente.
11 Te van a sacar el carnet de marplatense si no te gusta la playa… No sé nadar directamente. Hace 5 años vivo en este departamento, que tiene una pileta en la terraza, y no me metí ni una vez. Viví 6 meses en Cancún, mientras jugaba en Atlante, todos los días con 30 grados, el edificio estaba sobre la playa y pisé la arena dos veces. Cuando le comenté a mi mujer que nos volvíamos, me dijo: “¡Pero acá estamos rebien!”. Le dije: “Si fuese surfista, sería el mejor lugar del mundo, pero soy futbolista, y el equipo no tiene cancha, ni camiseta y no le ganamos a nadie”. Me quedaban 3 años de contrato, ganaba en dólares, pero lo rescindí.
12 ¿Tu mujer y tus hijos también se quedaban en el departamento? No, ellos vivían en la playa, el que se quedaba en el departamento era yo: descansaba, miraba fútbol, leía.
13 Tu timidez te debe haber resultado difícil de llevar en un medio como el del fútbol… Ser así me da la posibilidad de enfocarme realmente en lo que me gusta y no en el entorno, aunque me ha costado convivir con este ambiente. Tuve choques con periodistas, porque quizás me veían soberbio o agrandado, pero todo lo contrario, me cuesta relacionarme. Por ese motivo hice muy pocos amigos en el fútbol.
14 ¿No lo trataste con un psicólogo? No me gustan los psicólogos. A veces siento que soy raro hasta para mí mismo, pero no me molesta tampoco. Por ejemplo: no le encuentro sentido a ir de vacaciones. Mi mujer espera que empiece el campeonato y por ahí se va Nueva York con su madre y sus hermanas. A mí no me interesa. Si fuera a Nueva York, me levantaría a las 12, comería en el hotel, dormiría la siesta y vería la tele. Les haría perder el día.
15 ¿Nunca te vas de vacaciones en familia? En verano vamos a Cariló, pero no salgo de la casa. Armé una canchita de fútbol atrás, y ahí juego con mis hijos.
16 Sos muy raro, lo sabés, ¿no? Me lo dicen todos, hasta Vero, mi señora, así que lo debo ser. Muchos no entienden que no le dé valor a las cosas. Habré jugado más de 600 partidos, cambié camisetas en el 90% y no tengo ninguna, las fui regalando. Viene uno, me pide, y se la doy. Para armar ese pequeño museo que ves ahí con una camiseta de cada equipo en los que jugué, Vero se las tuvo que pedir a primos y amigos porque yo no las tenía. Las cosas materiales realmente no me interesan.
17 La tendencia en estos tiempos es lo contrario… Sí, hay una situación de apariencias en la que te juzgan de acuerdo a lo que tenés. A mí no me interesa. No ando con relojes ni cadenas, tengo esta desde los 10 años, me la regaló mi madrina. No me interesa la plata.
18 ¿No peleás tus contratos? En Monterrey no tenía representante y firmaba mi contrato cuando me lo ofrecía el club, y sin leerlo. Lo que me pagaban, para mí estaba bien. Estoy muy agradecido por ser futbolista, vengo muy de abajo, hay cosas más importantes que un cero más o un cero menos. Los autos me los cambia mi señora.
19 ¿Sufriste muchas privaciones de chico? Mi vieja limpiaba casas de familia y mi papá era albañil y remisero. Se rompieron el alma para darnos todo a los tres hijos, pero podía pasar que una noche tuviéramos que conformarnos con un té con galletitas. En Mar del Plata nos habremos mudado 7 u 8 veces y vivimos en casas de amigos o familiares.
20 ¿Cómo llegaste a San Lorenzo? Primero vine a River, con 14 años. Me probaron todo el año y terminaron rechazándome porque no había crecido. Ese año viví en una pensión enfrente del Monumental. Me daban la comida, pero los lunes el club cerraba y no comía. No tenía ni para un sándwich.
21 ¿No planteaste tu situación en el club? Es que yo no hablaba, ¿no te digo que es el día de hoy que tampoco hablo? Los domingos a la noche comía todo lo que podía, me guardaba algo y con eso tiraba hasta el martes. Los lunes me levantaba a las 2 la tarde para que el día se me hiciera más corto. Así durante 3 meses, hasta que me fui a vivir a la casa de una familia en la que limpiaba mi mamá en verano. Se portaron 10 puntos. Era en Salguero y Libertador, me iba caminando todos los días hasta Ciudad Universitaria, no tenía plata ni para el colectivo y aparte estaba más tiempo solo, a mí me gusta estar solo.
22 ¿Con quién compartiste equipo en ese año de prueba en River? Con Costanzo y Guille Pereyra, me trataban rebien. Yo no estaba fichado, entonces sólo jugaba amistosos o contra chicos que venían a probarse. Jugué contra Saviola y D’Alessandro. River me daba el colegio también, pero lo dejé a los pocos meses, por eso hoy les digo a los chicos que suben de las inferiores que estudien. Yo me salvé de casualidad, aposté todo a jugar al fútbol y a los 18 años San Lorenzo me dejaba libre, decí que cambiaron todo y me volvieron a llamar, si no…
23 Te vengaste de River metiéndole un gol sobre la hora en el clásico del 2012… No tengo en ningún momento la sensación de rencor hacia nadie, tiene que ver con mi creencia en Dios. Lo que me ocurrió en River es parte del fútbol. Nadie te dice que por más que te dediques, te vayan a contratar. Millones quieren ser futbolistas y no siempre te alcanza.
24 ¿Almeyda te hizo algún comentario respecto a ese 2-2? Ahí empezó a definirse su salida de River… No soy un tipo de tener relación con los técnicos. Nunca lo fui. Siempre entendí que no da la situación para que el jugador cargue al técnico.
25 No me contaste cómo llegaste a San Lorenzo. De River me volví a Talleres de Mar del Plata y a los seis meses Morete hizo una prueba de jugadores y anduve bien. Me ficharon en San Lorenzo y en mi primer año, en Quinta, jugué 2 partidos. En diciembre me agarró Mariani, el coordinador, y me dijo que no me iban a tener en cuenta. Otra vez lo mismo. Me estaba volviendo a Mar del Plata y de golpe cambiaron todo en las inferiores: se fue Mariani, llegó Doria, y me dijo que me quería ver. Me probaron, anduve bien, y al toque me subieron a la Reserva y de ahí a la Primera, todo en un mes y medio (?)
Ganador de siete títulos con algunos récords hoy juega en Banfield. De perfil muy bajo, habla, sin embargo, de temas calientes del fútbol argentino.
1 ¿Qué es un pecho frío? Una frase mediocre aplicada a ciertos jugadores que son incomprendidos por el simpatizante general. Yo admiro más al que intenta pensar y jugar que al que sólo corre. Me fastidia mucho cuando me dicen: “Che, qué bien, ¡cómo corriste hoy! Te felicito, sos un animal”. Me da vergüenza. Correr, corre cualquiera. Me parece más jodido pensar. Entonces, el hincha le dice “pecho frío” al que no transpira la camiseta. Igual, no me siento aludido, a mí suelen elogiarme el despliegue aun siendo un jugador con técnica.
2 ¿Qué significa un caño para vos? Es la gloria… Muchas veces, cuando me acuesto, viendo la tele o leyendo un libro, me pregunto: “¿Hice bien en dejar de jugar como jugaba?”. Porque antes disfrutaba mucho. Entraba al partido y hasta que no metía dos caños no empezaba a jugar. Sabía que la gente iba a verme hacer eso. Mi viejo me pedía “Tirame un caño para mí” y se ponía detrás de un arco. Yo lo hacía y lo miraba. Hasta los 23 años vivía para tirar caños. Caños de suela que, además, a la gente le gustan más. Sentía ese fútbol.
3 ¿Hay una técnica especial para los caños? A mí se me facilitaba porque los tiraba desde muy chico. Recibía la pelota y lo primero que se me venía a la cabeza era meter un caño y sabía que lo iba a hacer. Si estás convencido, te sale. No me importaba si era en mi área, contra la raya o si podía perderla. No jugaba con esos miedos. Amagaba hacer un pase, la tiraba para adelante, y cuando se me acercaban, la tocaba para el costado, de suela, y ahí metía el caño. A mí se me hacía más fácil pasar a un tipo tirándole un caño que gambeteándolo, lo usaba como herramienta.
4 ¿Podés clasificar los tipos de caños? No sé, tiene que estar la intención de tirar el caño y quedarte con la pelota del otro lado, porque están los que te tiran un misil entre las piernas, la pelota pasa, termina en cualquier lado, y dicen: “Mirá el caño que te hice”. No. Es fundamental mantener la posesión.
5 Además de tirar el caño, ¿también decías “sotana”? Para nada, nunca fui de hablar. Los rivales, igual, me puteaban mucho. Una vez, empatábamos 1-1 con Huracán en cancha de ellos, vino Graieb, le tiré el caño y empezó: “Pendejo, la concha de tu madre, te voy a matar”. No contesté, no lo miré. Después se pusieron 2-1, me vino a marcar, y le tiré otro caño. “Me arrepiento de lo que te dije, te felicito”, me dijo. Serna también me felicitó en la Bombonera. Un montón de veces me vinieron a buscar al vestuario y mis compañeros debieron meterse a separar, bah, a cuidarme en realidad, porque yo no me peleo.
6 ¿Tus compañeros también te puteaban en las prácticas? En una de las primeras le tiré un caño a Biaggio y aterricé de cabeza en el pasto: el Pampa me había dado un voleo en el culo. De esas tengo varias. Siguieron jugando como si nada, yo no pedí falta, claro. Derecho de piso. Igual, me había quedado con la gloria de haber tirado un caño y mostrarme.
7 ¿En México te pusieron “Mago” por los caños? Tuve una gran etapa en Monterrey, 6 años, fuimos campeones, y un caradura me puso ese apodo. No me gusta. No me gusta que hablen de mí en realidad. Ni que me reconozcan. A mí me gusta andar en la calle y que no sepan quién soy, por eso durante 12 años me corté el pelo de manera diferente (risas). No me gusta ni siquiera que me halaguen, disfruto ser un tipo común y corriente.
8 Pero hacías buenos trucos con la pelota, estaba bien el apodo… Cuando era chico me gustaba gambetear hasta que me enseñaron que el fútbol es otra cosa. El primero que me enseñó a ganar fue Oscar (Ruggeri). Me daba libertad: “Walter, hacé lo que quieras, tirá caños, sombreros, pero tenés que saber que cuando el partido termina, el equipo debe haber ganado”. Y me fui adaptando, porque no entendía. Después de haber debutado, Tocalli me llevó a Toulón con el Sub 21. “No quiero que tires caños”, me dijo. Me puso cinco minutos contra Portugal y tiré 4 caños… no jugué más (risas). “Vas a aprender sí o sí”, me dijo en el vestuario (risas).
9 ¿Es muy duro Mar del Plata en invierno? Para mí era igual que en el verano, porque lo único que hacía era jugar al fútbol. No he tenido otra variante en mi infancia ni en mi vida, así que corría detrás de una pelota y no sufría el frío. Es mi lugar de origen y lo he disfrutado muchísimo.
10 ¿Jugabas en la playa? No me gusta la playa. Tampoco los lugares donde hay mucha gente. Soy tímido desde chico, poco sociable, nunca me quedaba a dormir en la casa de amigos, me daba vergüenza. Hoy sigo siendo tímido, no me gusta relacionarme con la gente.
11 Te van a sacar el carnet de marplatense si no te gusta la playa… No sé nadar directamente. Hace 5 años vivo en este departamento, que tiene una pileta en la terraza, y no me metí ni una vez. Viví 6 meses en Cancún, mientras jugaba en Atlante, todos los días con 30 grados, el edificio estaba sobre la playa y pisé la arena dos veces. Cuando le comenté a mi mujer que nos volvíamos, me dijo: “¡Pero acá estamos rebien!”. Le dije: “Si fuese surfista, sería el mejor lugar del mundo, pero soy futbolista, y el equipo no tiene cancha, ni camiseta y no le ganamos a nadie”. Me quedaban 3 años de contrato, ganaba en dólares, pero lo rescindí.
12 ¿Tu mujer y tus hijos también se quedaban en el departamento? No, ellos vivían en la playa, el que se quedaba en el departamento era yo: descansaba, miraba fútbol, leía.
13 Tu timidez te debe haber resultado difícil de llevar en un medio como el del fútbol… Ser así me da la posibilidad de enfocarme realmente en lo que me gusta y no en el entorno, aunque me ha costado convivir con este ambiente. Tuve choques con periodistas, porque quizás me veían soberbio o agrandado, pero todo lo contrario, me cuesta relacionarme. Por ese motivo hice muy pocos amigos en el fútbol.
14 ¿No lo trataste con un psicólogo? No me gustan los psicólogos. A veces siento que soy raro hasta para mí mismo, pero no me molesta tampoco. Por ejemplo: no le encuentro sentido a ir de vacaciones. Mi mujer espera que empiece el campeonato y por ahí se va Nueva York con su madre y sus hermanas. A mí no me interesa. Si fuera a Nueva York, me levantaría a las 12, comería en el hotel, dormiría la siesta y vería la tele. Les haría perder el día.
15 ¿Nunca te vas de vacaciones en familia? En verano vamos a Cariló, pero no salgo de la casa. Armé una canchita de fútbol atrás, y ahí juego con mis hijos.
16 Sos muy raro, lo sabés, ¿no? Me lo dicen todos, hasta Vero, mi señora, así que lo debo ser. Muchos no entienden que no le dé valor a las cosas. Habré jugado más de 600 partidos, cambié camisetas en el 90% y no tengo ninguna, las fui regalando. Viene uno, me pide, y se la doy. Para armar ese pequeño museo que ves ahí con una camiseta de cada equipo en los que jugué, Vero se las tuvo que pedir a primos y amigos porque yo no las tenía. Las cosas materiales realmente no me interesan.
17 La tendencia en estos tiempos es lo contrario… Sí, hay una situación de apariencias en la que te juzgan de acuerdo a lo que tenés. A mí no me interesa. No ando con relojes ni cadenas, tengo esta desde los 10 años, me la regaló mi madrina. No me interesa la plata.
18 ¿No peleás tus contratos? En Monterrey no tenía representante y firmaba mi contrato cuando me lo ofrecía el club, y sin leerlo. Lo que me pagaban, para mí estaba bien. Estoy muy agradecido por ser futbolista, vengo muy de abajo, hay cosas más importantes que un cero más o un cero menos. Los autos me los cambia mi señora.
19 ¿Sufriste muchas privaciones de chico? Mi vieja limpiaba casas de familia y mi papá era albañil y remisero. Se rompieron el alma para darnos todo a los tres hijos, pero podía pasar que una noche tuviéramos que conformarnos con un té con galletitas. En Mar del Plata nos habremos mudado 7 u 8 veces y vivimos en casas de amigos o familiares.
20 ¿Cómo llegaste a San Lorenzo? Primero vine a River, con 14 años. Me probaron todo el año y terminaron rechazándome porque no había crecido. Ese año viví en una pensión enfrente del Monumental. Me daban la comida, pero los lunes el club cerraba y no comía. No tenía ni para un sándwich.
21 ¿No planteaste tu situación en el club? Es que yo no hablaba, ¿no te digo que es el día de hoy que tampoco hablo? Los domingos a la noche comía todo lo que podía, me guardaba algo y con eso tiraba hasta el martes. Los lunes me levantaba a las 2 la tarde para que el día se me hiciera más corto. Así durante 3 meses, hasta que me fui a vivir a la casa de una familia en la que limpiaba mi mamá en verano. Se portaron 10 puntos. Era en Salguero y Libertador, me iba caminando todos los días hasta Ciudad Universitaria, no tenía plata ni para el colectivo y aparte estaba más tiempo solo, a mí me gusta estar solo.
22 ¿Con quién compartiste equipo en ese año de prueba en River? Con Costanzo y Guille Pereyra, me trataban rebien. Yo no estaba fichado, entonces sólo jugaba amistosos o contra chicos que venían a probarse. Jugué contra Saviola y D’Alessandro. River me daba el colegio también, pero lo dejé a los pocos meses, por eso hoy les digo a los chicos que suben de las inferiores que estudien. Yo me salvé de casualidad, aposté todo a jugar al fútbol y a los 18 años San Lorenzo me dejaba libre, decí que cambiaron todo y me volvieron a llamar, si no…
23 Te vengaste de River metiéndole un gol sobre la hora en el clásico del 2012… No tengo en ningún momento la sensación de rencor hacia nadie, tiene que ver con mi creencia en Dios. Lo que me ocurrió en River es parte del fútbol. Nadie te dice que por más que te dediques, te vayan a contratar. Millones quieren ser futbolistas y no siempre te alcanza.
24 ¿Almeyda te hizo algún comentario respecto a ese 2-2? Ahí empezó a definirse su salida de River… No soy un tipo de tener relación con los técnicos. Nunca lo fui. Siempre entendí que no da la situación para que el jugador cargue al técnico.
25 No me contaste cómo llegaste a San Lorenzo. De River me volví a Talleres de Mar del Plata y a los seis meses Morete hizo una prueba de jugadores y anduve bien. Me ficharon en San Lorenzo y en mi primer año, en Quinta, jugué 2 partidos. En diciembre me agarró Mariani, el coordinador, y me dijo que no me iban a tener en cuenta. Otra vez lo mismo. Me estaba volviendo a Mar del Plata y de golpe cambiaron todo en las inferiores: se fue Mariani, llegó Doria, y me dijo que me quería ver. Me probaron, anduve bien, y al toque me subieron a la Reserva y de ahí a la Primera, todo en un mes y medio (?)