Miércoles 28/06/2017, 11:29:56
Bonecomentario
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Moyano sacó el bote del fondo del agua y lo estabilizó.
Es la primera vez en mucho tiempo que Independiente lograr mantener cierto piso de calidad en el plantel y no sale a vender desesperadamente, incluso en la mitad de un torneo (Frutos).
No es algo menor. Podemos estar de acuerdo o no con su modus operandi, lo cierto es que el fútbol grande de Argentina ya no maneja los viejos códigos del cuasi amateurismo de décadas pasadas. Donde se mueven miles de millones de dólares no hay ni inocencia ni transparencia absoluta.
Falta la recta final, lo más difícil.
Para cosechar logros a la altura de nuestra historia (hablo de campeonatos, no de míseras clasificaciones agrandadas por los medios) hay que tener plantel de sobra y suerte.
Independiente no tiene lo primero y le fue esquivo lo segundo en momentos claves.
Y le fue esquivo porque a la suerte hay que ayudarla.
Lesionado el Puma y con Fernández en el freezer no quedaron muchas alternativas, sólo un devaluado Albertengo a quien habrá que esperar. Se podría haber probado con Messiniti o Denis pero francamente quedaba muy poco y tampoco estuvo mal darle la chance a Albertengo. De la única manera que se vuelve es jugando.
Embelezados por el periodismo que sólo ve venta$ a futuro (principalmente Barco y Rigoni) se perdió de vista lo fundamental, el talón de Aquiles de este equipo.
Prácticamente juega sin delanteros. Y bastante lejos se llegó con semejante despropósito. Ni Barco ni Rigoni ni el mismo Benítez son delanteros de oficio y alma.
Quizás de los tres el misionero tenga algún gen de área perdido por ahí pero claramente tampoco es lo suyo. Y el alma de un delantero es la definición, la puntada final.
Este punto clave se maquilló con la inusual y bienvenida contundencia de un volante. Quien vea un delantero en Rigoni nunca jugó ni un picado en el barrio. Lo mismo aplica a quien vea a Benítez como chivo expiatorio; a mi entender el mejor jugador del semestre junto a Tagliafico y Campaña.
Se afrontó todo el semestre con un Gigliotti sin pretemporada, todavía hablando en chino y un Albertengo en recuperación (larga por lo que se ve).
Aún así y con el diario del Lunes, con el Puma en cancha vs Olimpo y Lanús (especialmente), la historia hubiera sido otra.
Tampoco quedan dudas de que con una pizca de suerte anoche se ganaba, aún con las limitaciones mencionadas.
Otra cuestión preocupante es la falta de carácter extra futbolístico; lo mismo que pone Tagliafico en el juego hay que ponerlo fuera de éste.
Cómo puede ser que nadie proteste que el arquero se adelanta un metro ? Cómo puede ser que un penal tan importante lo tenga que patear un pibito con pocos partidos en primera ?
Lo positivo es que si se logra mantener y potenciar esta base y este nivel, serán más la Libertadores jugadas que las que no.
Más allá del marketing impulsado por el negocio (El "Rey de Copas" vuelve a su viejo amor !) primero hay que ganar un campeonato local.
En el último semestre se dio un gran paso.
Habrá que ver si la dirigencia está a la altura del desafío futbolístico que se viene.
Es la primera vez en mucho tiempo que Independiente lograr mantener cierto piso de calidad en el plantel y no sale a vender desesperadamente, incluso en la mitad de un torneo (Frutos).
No es algo menor. Podemos estar de acuerdo o no con su modus operandi, lo cierto es que el fútbol grande de Argentina ya no maneja los viejos códigos del cuasi amateurismo de décadas pasadas. Donde se mueven miles de millones de dólares no hay ni inocencia ni transparencia absoluta.
Falta la recta final, lo más difícil.
Para cosechar logros a la altura de nuestra historia (hablo de campeonatos, no de míseras clasificaciones agrandadas por los medios) hay que tener plantel de sobra y suerte.
Independiente no tiene lo primero y le fue esquivo lo segundo en momentos claves.
Y le fue esquivo porque a la suerte hay que ayudarla.
Lesionado el Puma y con Fernández en el freezer no quedaron muchas alternativas, sólo un devaluado Albertengo a quien habrá que esperar. Se podría haber probado con Messiniti o Denis pero francamente quedaba muy poco y tampoco estuvo mal darle la chance a Albertengo. De la única manera que se vuelve es jugando.
Embelezados por el periodismo que sólo ve venta$ a futuro (principalmente Barco y Rigoni) se perdió de vista lo fundamental, el talón de Aquiles de este equipo.
Prácticamente juega sin delanteros. Y bastante lejos se llegó con semejante despropósito. Ni Barco ni Rigoni ni el mismo Benítez son delanteros de oficio y alma.
Quizás de los tres el misionero tenga algún gen de área perdido por ahí pero claramente tampoco es lo suyo. Y el alma de un delantero es la definición, la puntada final.
Este punto clave se maquilló con la inusual y bienvenida contundencia de un volante. Quien vea un delantero en Rigoni nunca jugó ni un picado en el barrio. Lo mismo aplica a quien vea a Benítez como chivo expiatorio; a mi entender el mejor jugador del semestre junto a Tagliafico y Campaña.
Se afrontó todo el semestre con un Gigliotti sin pretemporada, todavía hablando en chino y un Albertengo en recuperación (larga por lo que se ve).
Aún así y con el diario del Lunes, con el Puma en cancha vs Olimpo y Lanús (especialmente), la historia hubiera sido otra.
Tampoco quedan dudas de que con una pizca de suerte anoche se ganaba, aún con las limitaciones mencionadas.
Otra cuestión preocupante es la falta de carácter extra futbolístico; lo mismo que pone Tagliafico en el juego hay que ponerlo fuera de éste.
Cómo puede ser que nadie proteste que el arquero se adelanta un metro ? Cómo puede ser que un penal tan importante lo tenga que patear un pibito con pocos partidos en primera ?
Lo positivo es que si se logra mantener y potenciar esta base y este nivel, serán más la Libertadores jugadas que las que no.
Más allá del marketing impulsado por el negocio (El "Rey de Copas" vuelve a su viejo amor !) primero hay que ganar un campeonato local.
En el último semestre se dio un gran paso.
Habrá que ver si la dirigencia está a la altura del desafío futbolístico que se viene.
El buen jugador no brilla. Brilla el juego que produce ese jugador. Y a veces brillan por él jugadores menos jugadores que aquel que hace brillar el juego. Dante Panzeri.