Antes hacia esto, pero cuando uno nace panqueque, la sartén es una cama
Ni riendose puede disimular la cara de viejo garca, el Hugo
“Esos que la pierden y se quedan con los brazos cruzados no deberían jugar. Así era en el potrero, que fue para mí lo que el paraíso para otros”, repetía Sastre, como si se tratara de una declaración de innegociables principios.