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CREAR TEMA

Sábado 26/05/2018, 14:22:54
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Y bueno, tengo que hablar de otra época.
TV blanco y negro, se veía mal. 1975, había que ganarle a Cruzeiro 3-0 para
llegar a la final. El primero del Chivo de penal, después un olímpico de
Bertoni y faltaban 15 minutos cuando vino otro córner y Ruiz Moreno logró la
hazaña. Nunca me voy a olvidar de ese gol, de ese cabezazo, creo que yo también
salté en mi casa y también la empujé. Delirio total para acercarnos a la sexta
Copa.
Y aquí hago un comentario adicional para que los pendejos entiendan cómo
cambiaron los tiempos, lo que era la visera por aquellos tiempos y todo el
entorno de lo que formó una mística copera irrepetible. Por eso me calienta
cuando hablan de jugar de visitante, que es preferible eso, etc. etc. Sí, lo
tiempos cambiaron y muchas cosas no tienen retroceso, pero para volver a
triunfar en el largo plazo nos tenemos que hacer fuertes de local otra vez. En
el segundo gol, el olímpico de Bertoni, recuerdo que el arquero de Cruzeiro
terminó adentro del arco tirado, casi se cae al foso exagerando un poco...
¿Foul? ¿Lloratina? Ni a los negros se les ocurría ni al árbitro dudar en cobrar
el gol. La pelota había entrado, el resto era secundario. ¿Entienden?

Y después el gol del Bocha del 8 contra 11, tengo una pequeña imagen grabada
cuando la pelota entró, estábamos en ese arco los 2.000 privilegiados hinchas
de esa noche histórica. Pero fue todo muy rápido. Fueron 15 minutos entre el
gol de Talleres, el escándalo, las expulsiones y el milagro, tantas cosas en
poco tiempo, que el cerebro no me permitió almacenar tanto delirio. Sólo
gritamos gol y nos derrumbamos en la tribuna de madera. O se me cayó o me lo
manotearon, pero en el gol perdí mi gorro autografiado por el Vikingo y
Villaverde. A la salida, intercambié mi bandera por una de Talleres, en el
hecho más insólito que me pasó en una cancha. Un pibe de unos 14 años (yo tenía
17) se me acercó de la mano del padre y me pidió si quería intercambiar
banderas. Yo miré a mi amigo que era mayor, el que me llevó a Córdoba, y al
oído me dijo: "dásela, así salimos tranquilos con la otra
bandera...". Y así fue, caminamos como 20 cuadras hasta la estación de
servicio donde había quedado la Renoleta, en calles oscuras, ya pasada la
medianoche. Cuando llegamos al auto comprobamos que nos habían afanado toda la
nafta. Increíble. Cordobeses calentitos y chorros. Pero nadie pudo empañar la
máxima hazaña futbolística a nivel mundial. Si alguien en Moldavia, Rusia,
Guatemala o las Islas Fiji sabe de alguna hazaña superior, que la cuente.
Escribo y todavía se cae alguna lágrima.