Domingo 29/05/2016, 23:04:39
Del "no voy a ajustar" al "vivíamos un fiesta"
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Antes que nada, por favor, aquellos que tienen el cerebro quemado por la grieta absténganse de comentar. Si no les da la cabeza para entender que criticar a Macri no es alabar a Cristina, no comenten.
¿Qué decía Macri en la campaña o en el debate con Scioli? Decía cosas como "no voy a ajustar", "no voy a devaluar", "quieren generar miedo", etc. ¿Qué dice Macri ahora? Dice cosas como "hay que sincerar los precios", "vivíamos una fiesta", "el país está quebrado", etc. No es la primera ni será la última vez que un político miente en la campaña y luego muestra su verdadera cara cuando llega al poder. Pero lo que acá hubo en casi 6 meses de gobierno fue un proceso que buscó bajar las expectativas de la clase trabajadora de nuestro país, primero prometiendo un mejor futuro para ganar las elecciones y luego diciendo que el pasado reciente era más que lo que un trabajador medio puede aspirar. El objetivo es claro: revertir los triunfos que han conseguido los trabajadores en los últimos años (que son triunfos de los laburantes que siempre están para empujar al país, no de un gobierno que viene y se va).
El actual gobierno tiene un profundo desprecio por los trabajadores que se manifiesta tanto en las formas como en el fondo de las medidas que toma. El cierto que el gobierno anterior recurrió al despilfarro y la demagogia en su última etapa, en un contexto internacional que tampoco ayudaba, pensando más en la conveniencia política que en la sustentabilidad económica. Pero el nuevo oficialismo está usando ese hecho como chivo expiatorio para justificar medidas que significan transferir recursos desde los trabajadores hacia las clases más privilegiadas. También se quiere hacer creer que la corrupción kirchnerista (que no pretendo negar) es la razón de todos los males actuales, cuando las proporciones de lo que se pudo haber robado (en cualquier caso repudiable) nunca van a justificar el brutal descenso del poder adquisitivo de los laburantes en los últimos meses. Además, la promesa mágica de "en el próximo semestre vamos a estar mejor" ya se convirtió en "el año que viene será diferente"; y así siguen pateando la pelota hacia adelante mientras los especuladores se llenan los bolsillos haciendo la bicicleta financiera con tasas que facilitan el parasitismo.
Se ha metido en la cabeza de la gente que la inflación es el único mal que debe combatirse para que la economía mejore; y si bien hay que bajar la inflación (para colmo este gobierno la aumentó), lo que en verdad debe evitarse son las consecuencias a las que lleva la inflación. Porque si para bajar la inflación lo que hacés es aniquilar el mercado interno y aumentar la pobreza, entonces paradójicamente tu solución es acelerar lo que se supone que deberías evitar. Como ya han ejemplificado algunos, curan la enfermedad matando al enfermo.
En definitiva, estamos en presencia de un gobierno mentiroso, llorón y que se caga en la mayoría que lo votó. Algunos justifican haber votado a Macri diciendo que con Scioli todo estaría aun peor; y si bien no estoy de acuerdo con eso, puedo llegar a entender y respetar esa postura porque reconozco que un cambio era necesario. Lo que no puedo aceptar es que ESTE era el cambio que se necesitaba y lo que no podré entender es que en el futuro un trabajador vuelva a confiar en el macrismo. Aunque Macri no robe un peso en su gestión (en realidad ya le afanó una fortuna al Estado mucho antes de ser presidente), lo que nos está quitando es algo mucho más importante: la dignidad.
¿Qué decía Macri en la campaña o en el debate con Scioli? Decía cosas como "no voy a ajustar", "no voy a devaluar", "quieren generar miedo", etc. ¿Qué dice Macri ahora? Dice cosas como "hay que sincerar los precios", "vivíamos una fiesta", "el país está quebrado", etc. No es la primera ni será la última vez que un político miente en la campaña y luego muestra su verdadera cara cuando llega al poder. Pero lo que acá hubo en casi 6 meses de gobierno fue un proceso que buscó bajar las expectativas de la clase trabajadora de nuestro país, primero prometiendo un mejor futuro para ganar las elecciones y luego diciendo que el pasado reciente era más que lo que un trabajador medio puede aspirar. El objetivo es claro: revertir los triunfos que han conseguido los trabajadores en los últimos años (que son triunfos de los laburantes que siempre están para empujar al país, no de un gobierno que viene y se va).
El actual gobierno tiene un profundo desprecio por los trabajadores que se manifiesta tanto en las formas como en el fondo de las medidas que toma. El cierto que el gobierno anterior recurrió al despilfarro y la demagogia en su última etapa, en un contexto internacional que tampoco ayudaba, pensando más en la conveniencia política que en la sustentabilidad económica. Pero el nuevo oficialismo está usando ese hecho como chivo expiatorio para justificar medidas que significan transferir recursos desde los trabajadores hacia las clases más privilegiadas. También se quiere hacer creer que la corrupción kirchnerista (que no pretendo negar) es la razón de todos los males actuales, cuando las proporciones de lo que se pudo haber robado (en cualquier caso repudiable) nunca van a justificar el brutal descenso del poder adquisitivo de los laburantes en los últimos meses. Además, la promesa mágica de "en el próximo semestre vamos a estar mejor" ya se convirtió en "el año que viene será diferente"; y así siguen pateando la pelota hacia adelante mientras los especuladores se llenan los bolsillos haciendo la bicicleta financiera con tasas que facilitan el parasitismo.
Se ha metido en la cabeza de la gente que la inflación es el único mal que debe combatirse para que la economía mejore; y si bien hay que bajar la inflación (para colmo este gobierno la aumentó), lo que en verdad debe evitarse son las consecuencias a las que lleva la inflación. Porque si para bajar la inflación lo que hacés es aniquilar el mercado interno y aumentar la pobreza, entonces paradójicamente tu solución es acelerar lo que se supone que deberías evitar. Como ya han ejemplificado algunos, curan la enfermedad matando al enfermo.
En definitiva, estamos en presencia de un gobierno mentiroso, llorón y que se caga en la mayoría que lo votó. Algunos justifican haber votado a Macri diciendo que con Scioli todo estaría aun peor; y si bien no estoy de acuerdo con eso, puedo llegar a entender y respetar esa postura porque reconozco que un cambio era necesario. Lo que no puedo aceptar es que ESTE era el cambio que se necesitaba y lo que no podré entender es que en el futuro un trabajador vuelva a confiar en el macrismo. Aunque Macri no robe un peso en su gestión (en realidad ya le afanó una fortuna al Estado mucho antes de ser presidente), lo que nos está quitando es algo mucho más importante: la dignidad.