Escrito por Dani53
Veo estas cosas y mas asco me da como funciona el mundo.
A mi siendo Socio del Club , con un partido ya terminado, con un monton de flacos adentro de la cancha festejando un titulo con los jugadores , pidiendo permiso para entrar, me llevaron detenido como a otros pobres hinchas que cayeron en la volteada de la Policia mafiosa que asi le podian decir a los dirigentes que habian detenido gente, y poder cobrar .
Pero asi funciona todo, yo deje de Ir un tiempo a la cancha como protesta que sabia al Club le iba a chioar un huevo, un socio menos , pero mi lugar lo habra ocupado algun barra brava que le sacaba guuta a dirigentes y juagdores, que llevaba violencia a la cancha , se metia en la cancha y si queria suspendia un partido ante la mirada xomplice de la Policia .
Algun Barra brava como paso despues , que hacian asados en el Estadio, velaban muertos y lo que se les cantaba .
Uds. deben recordar aquel clásico con la mufa que empatamos 2 a 2 con gol en contra de Arzeno.
El primer tiempo fue hermoso. Los bailamos como quisimos. Ibamos ganando 2 a 1. Un golazo de Panchito Guerrero y el de ellos, el Bichi Fuertes.
Yo estaba en la norte de la visera con mi hijo, cerca de la entrada grande (la de Intendencia). En la platea de vitalicios, había, no menos de 20 oficiales de policía, de pie, mirando el partido.
De pronto, en esa entrada grande, aparecieron alrededor de 50 chicos de 10 a 15 años, comandados por 5 ó 6 adultos. Los policías observaban todo.
A la voz de aura de los adultos, los chicos se metieron corriendo a la tribuna, manoteando de todo, y robando lo que podían. Los grandes apretaban a los que querían rajar a los chicos.
Yo me moví rápido y bajé al playón y me quedé ahí con mi hijo.
Observé a la tribuna y la cosa se ponía cada vez más fea.
La policía, bien gracias. Se cagaban de risa.
Opté por irme de la cancha. Ya en el auto escuchamos que Arzeno, en contra, había empatado 2 a 2.,
Estuve mucho tiempo sin ir a la cancha.
En otro partido, estábamos con mi hijo en la Erico baja.
Había una pareja de unos 20 a 25 años que, desarrapados y totalmente pasado de drogas, se movían de un lado para otro de la platea.
No se quedaban quietos en ningún lugar. Le dije a mi hijo: "alejémonos de donde se ubiquen esto dos",
No me daban ninguna confianza.
Al rato, los veo a los dos charlando muy amigablemente y con muchas sonrisas, con un oficial de policía, como si fueran viejos conocidos.
Asco me dio.