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CREAR TEMA

Sábado 16/11/2019, 12:31:50
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Escrito por SirFerdinandOfPadua


Como cristiano que soy, siento indignación que exhiban una Biblia mientras hacen un golpe de Estado, como pretendiendo que sus acciones tienen un respaldo divino. La función de la Iglesia no es imponer sino difundir la Palabra de Dios, porque el Señor no quiere obedientes forzados sino discípulos que sigan sus pasos por amor y convicción. Atrasan siglos con estas cosas, y lo que más me extraña es que estén involucradas algunas iglesias evangélicas, ya que justamente la reforma protestante tuvo lugar entre otras cosas por el abuso de poder de la iglesia católica. Realmente son lobos vestidos de ovejas que siguen ensuciando la imagen de la Iglesia con comportamientos opuestos a los que enseñaba Jesús. No son pacificadores, no muestran amor por el prójimo, no predican con hechos ni con palabras.

Lamentablemente, como suele pasar en la sociedad, siempre se generaliza por lo malo y no por lo bueno, poniéndonos a todos en la misma bolsa. Sé que en algunas iglesias los pastores se meten en cuestiones políticas, pero no en la que yo asisto, donde de hecho es toda gente laburante que en su mayoría ha padecido al actual gobierno. Pero aun si el pastor nos sugiriera votar por un candidato o partido de mi agrado, tampoco estaría de acuerdo con eso y dejaría la congregación. En la Iglesia se siembran principios y valores que van más allá de un color político; luego cada uno puede desarrollar su propio pensamiento político, pero no hay que mezclar las cosas porque en la política existen vicios y miserias propios del sistema. Tampoco es bueno que un cristiano sea apolítico, porque es su deber procurar el bienestar social de la población; pero un cristiano no debería identificarse plenamente con ningún sistema de gobierno en particular, ya que el mayor problema no está en los modelos político-económicos sino en quienes los ejecutan.

Lo único que la Iglesia debería requerir del Estado es orden para que cualquier confesión de fe (así como cualquier ideología política) se pueda desarrollar libremente en el país. Pero muchas veces sucede lo contrario: el gobierno y la religión se unen para perseguir a disidentes; o bien el gobierno y la anti-religión confluyen para prohibir la difusión de la fe. Espero que ninguna de las dos cosas suceda en nuestro país.