Sergio Agüero y el Atlético de Madrid lograron alcanzar la final de la Europa League y definirán ante el Fulham un torneo continental tras 24 años de sequía. El gol que definió la serie lo volvió a marcar Forlán, el resultado final 2-1 a favor del Liverpool.
Se sufrió. Hubo mucho sacrificio. Se estuvo afuera por unos minutos, pero el Diablo volvió a meter la cola. Forlán y Agüero fueron los delanteros solitarios (hasta que entró Jurado, ya que Simao y Reyes tuvieron funciones defensivas más que ofensivas) de un equipo que construyó su clasificación en su dupla de ataque como referencia principal de una defensa cerrada, aguerrida y que por momentos fue un frontón.
Los primeros 10 minutos el Liverpool fue una máquina de atacar, por el centro o por las bandas. Salió a llevarse al Atlético por delante. Sin embargo, a los 11 el Kun se dejó llevar por su calidad, desbordó y le sirvió a Simao el gol, pero éste no supo resolver. A partir de ese momento, el partido se emparejó y por momentos el colchonero fue más que el conjunto de Anfield.
Recién a los 25 los locales lograron llegar con claridad. Luego de una de las mejores jugadas del partido, tocando de primera y llegando al fondo del área rival, fue Kuyt el que remató en última instancia pero la pelota se fue por sobre el travesaño. Dos minutos más tarde respondió el visitante. Un pase largo habilitó al Kun, quien se pasó al arquero y centró para Forlán. El uruguayo avisaba que estaba ahí, mas no pudo conectar.
A los 31 minutos se paró el corazón de los hinchas españoles que acompañaron al conjunto de Quique Sánchez Flores cuando Agger remató un gran cabezazo directo hacia la red. El línea levantó la bandera y la repetición demostró el fuera de juego. Sin embargo, cuando faltaba un minuto para el cierre de la primera etapa fue Aquilani el que adelantó al local tras un buen remate.
Tras el descanso y hasta los primeros minutos de la prórroga no hubo mucho para contar. Algunas arremetidas de gran potencia del Kun, muchos centros del Liverpool y dos equipos que se notaba tenían tanto miedo a perder que no parecían querer ganar. A los cuatro minutos de comenzado el alargue (o recuperado según la TV Pública) apareció Benayoun, una de las figuras del match, y adelantó al Liverpool en la serie (2-0 el partido, el agregado 2-1) tras una floja resistencia de De Gea.
La desesperación se adueñó de media capital española. Quique mandó a la cancha a Jurado y con él, tanto Agüero como Forlán recibieron más juego y su potencial se incrementó. De tal manera se dio esto, que el uruguayo a los 12 minutos del alargue recibió un buen centro de Reyes (ya jugando de wing) y conectó un derechazo que rompió el arco de Reyna. El festejo fue interminable, más aún por los silbidos que recibió por su pasado en el Manchester United. El abrazo entre él y Agüero causan envidia y escalofrío.
Dos ex Independiente depositando al Atlético, tras 24 años, en una final europea. El Kun no brilló por su calidad, pero tuvo arrebatos y mucho sacrificio. Peleó con todos los defensores (incluso con Javier Mascherano, que jugó como lateral por derecha), buscó a sus compañeros, habilitó a algunos e intentó hasta el último minuto (sus gestos así lo denotaron) hacerse presente en el marcador.
Todavía queda la final Kun, donde realmente aparecen los que saben, como vos. Sólo resta el último paso, para que Sergio Leonel Agüero grite campeón en Europa.
