Connect with us

Agridulce

acevedo

El debut de Independiente en el Torneo Clausura 2010 dejó un extraño sabor de boca. Si bien el equipo de Américo Gallego fue más que Newell’s, tuvo las mejores chances y mereció ganar, no brindó la imagen esperada. Igual, crédito más que abierto para el Tolo y sus muchachos…

La tarea de Adrián Gabbarini fue importante, de arquero de equipo grande: lo exigieron dos veces y en ambas respondió de gran manera. Con la presión de Hilario Navarro sentado en el banco, el surgido de las Inferiores le rindió al Tolo.

La defensa redondeó una muy buena actuación también. Luciano Vella rindió, pese a que sus antecedentes inmediatos no eran muy promisorios, y la dupla central Galeano-Tuzzio, pese a que en algunos abusaron del traslado del balón. Lucas Mareque, el mejor: marcó, jugó y contagió.

Federico Mancuello y Walter Busse no terminan de convencer. El juvenil llegó más al fondo, desbordó y hasta tuvo una opción de gol, mientras que el ex Gimnasia de Jujuy aportó su despliegue, pero cuando llega al área pierde claridad y se diluye.

Walter Acevedo fue de menor a mayor, cuando empezó a tenerla y a distribuirla Independiente creció, mientras que Ignacio Piatti, también cuando aparece, le cambia la cara al equipo. Lo de Darío Gandín y Andrés Silvera fue pobre, y se los necesita mucho a ambos.

Los que ingresaron, Patricio Rodríguez y Leandro Gracián, le dieron frescura al equipo, aunque Patito a veces abusa en el traslado del balón y toma decisiones equivocadas. Pero siempre es peligroso. Y Federico González tuvo poco tiempo para demostrar.

En líneas generales Independiente tuvo un buen partido. Fue superior a un Newell’s que, ciertamente, hizo muy poco, intentó jugar por abajo, tuvo vocación ofensiva y creó situaciones de gol. Pero igualmente no fue un partido brillante, aunque tampoco nada grave para una primera fecha de torneo.

Lo de Juan Pablo Pompei ya no merece análisis. Haya sido adentro o afuera, lo claro es que fue foul, pero él parece no ver nunca penales para el lado del Rojo (preguntarle sino a Lucas Pusineri). Pero tampoco vale decir que Independiente no ganó por el juez, como sí ocurrió en los clásicos veraniegos ante el candidato del periodismo.

Lo de la gente, como siempre, espectacular, llegando en buen número hasta Rosario y alentando toda la tarde, aunque… ¿hacía falta hacinarlos así?

Otra cosa, que nada tiene que ver con el partido. Aplausos para la determinación de no traer a Roberto Ayala. Con 36 años, el defensor pidió un millón y medio de dólares para venir a préstamo un año, casi lo que sale comprar la mitad del pase de Leandro Gracián a mitad de año o 500 mil dólares menos de lo que vale toda la ficha de Acevedo.

Su experiencia hubiera venido bien en el fondo, es cierto, aunque sus últimas actuaciones en España no son nada auspiciosas. Bien entonces por no hipotecar el club por un jugador que, tras más de una década en Europa, parece más motivado por los billetes que por los desafíos deportivos.

Advertisement
Connect