En lo que posiblemente fue su último partido en Avellaneda, Ezequiel Barco tuvo una excelente primera final, ante Flamengo.
Mucho se hablaba en la previa de la primera final ante Flamengo, de que a Ezequiel Barco le podía influir en la cabeza su casi seguro pase a la MLS. Contra todos esos pronósticos, el juvenil de 18 años jugó uno de sus mejores partidos en la Primera División del Rojo y fue determinante para la victoria 2 a 1.
El atacante fue de lo más peligroso y punzante del equipo y con sólo 18 años se hizo cargo de ataque, tal cómo lo había hecho a la hora de patear el penal ante Libertad.
Sin dudas su posible despedida del Libertadores de América fue perfecta, con muchos desbordes ante los defensores brasileños y una enorme asistencia, en el segundo golazo de Independiente.