Mauricio Pellegrino equivocó los caminos desde el banco de suplentes. Si bien, es sencillo y suena arrogante hablar con el diario del lunes, el DT del Rojo no logró encontrar el rumbo del partido.
En el primer tiempo pareció que la idea de presionar y tratar de agarrar mal parado al rival fue la clave para dañar, aunque el equipo no logró tener profundidad. Quizás eso sea por la falta de una referencia en el área o de mayor presencia.
Lo cierto es que ante la molestia física de Cristian Rodríguez, el DT decidió meter en el campo de juego a Diego Vera. A simple vista, el cambio forzado no era erróneo, ya que Viruta podía hacer la función de referente de área y sumarse al circuito de juego tirándose unos metros atrás.
Sin embargo, con Aquino recostado por derecha, Leandro Fernández moviéndose por los costados del ataque y con Rigoni por izquierda, el Rojo perdió consistencia en la mitad de la cancha.
Justamente, los volantes por afuera, tanto Aquino como Rigoni no estaban teniendo buenas resoluciones. Rigoni por falta de precisión y Aquino por la carencia de estado físico. Algo que no vio Pellegrino a la hora de elegir el nuevo cambio. Es que para que ingrese Martín Benítez decidió sacar al ex Belgrano de Córdoba.
El equipo con Aquino cansado no logró retener la pelota en la mitad de la cancha. Benítez no tuvo la pelota ni la pareja necesaria para explotar su velocidad. El rival comenzó a agrandarse desde los pies de Romero y ahí fue el DT el que una vez más pareció equivocar el camino. Puso a Germán Denis, quizás por imposición propia de su peso específico, para tirarle pelotazos y “saltear líneas”.
El problema fue que el que salió fue Jesús Méndez. Sí, Aquino siguió en cancha, pese a estar muy cansado y Pellegrino sacó al ex Rosario Central cuando este estaba siendo importante por su sacrificio para cortar a Romero.
Lo cierto es que de esta manera, Independiente perdió presencia en el mediocampo. Careció de una cabeza pensante en el cierre del partido y quedó supeditado a algún pelotazo teledirigido para Denis. Claro, que nunca llegó y el Rojo no atacó. La imagen del final no demuestra realmente lo que fue el encuentro, pero deja muestras de la realidad que nos toca. Cambiemos. Es hora.
