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Con moneda o sin moneda

gandin

Nada mejor que empezar el año con una copa, más allá de que sea sólo de verano, sirve para juntar fuerzas, estimular la autoestima y continuar ligando la unión grupal, esa en la que por estos días todo el plantel de Independiente hace hincapié. Y nada mejor que Ignacio Piatti, un futbolista de una riqueza técnica indescifrable en cuanto a su techo, arranque 2010 de esta manera.

En la victoria ante River se vio a un equipo de Américo Gallego que intentó ser el protagonista ante un rival que en los papeles era inferior, por juventud y por lo que viene demostrando en los últimos campeonatos. De todas formas, siendo buenos y acatando la regla de la pretemporada, el Rojo volvió a mostrar algunos desacoples defensivos, sobre todo por el lado de Luciano Vella, a quien los pelotazos cruzados y las espaldas continúan por ser un puñal a la hora de defender. Walter Acevedo volvió a ser el eje y Darío Gandín, aún sin ser demasiado claro ni entrar tanto en juego, prosiguió demostrando su polenta a la hora de guapear y aguantar el balón.

En ese primer tiempo otra vez la suerte volvió a golpear las puertas de Hilario Navarro, quien parece estar sumergido en una ola de maldiciones a la hora de ocupar el arco de Independiente. Una nueva lesión lo privó de mostrarse y de pelear mano a mano el puesto con Adrián Gabbarini. Su reemplazo fue Diego Rodríguez, quien se mostró dubitativo y tuvo responsabilidad en los dos goles de River, aunque debe entenderse también que tiene sólo 18 años y un enorme futuro por delante.

En el segundo tiempo se pudo ver lo mejor del Rojo en este periplo por Salta: las intervenciones de Piatti. Su frescura, delicadeza, picardía y la cuota goleadora, le posibilitaron al conjunto del Tolo dar vuelta un marcador adverso y quedarse con la Copa. Nacho, quien también fue una pieza importante en el pasado clásico ante Racing, demostró que, si su físico está a pleno, puede ser una joya fundamental dentro de un equipo que sueña con pelear el título en el próximo torneo. Además del ex jugador de Gimnasia, se mostró bien Leonel Núñez. El Gordo se estuvo activo, pidió la pelota y puso una asistencia magistral en el tercer gol de Independiente.

En el debe queda por corregir los desacoples defensivos y la falta de picardía que tanto estimula el Tolo. Todavía queda tiempo, aunque será mejor que esos errores se sigan puliendo en el verano para llegar afilados al comienzo del Clausura.

Mientras tanto, el Rojo se vuelve con una Copa, con ganas de seguir mejorando y con la enorme satisfacción de salir airoso en los dos clásicos jugados. Y como no, con esa sublime sensación de saber que, ya sea en Salta o en cualquier lado, el papá sigue siendo Independiente. ¿O alguien se creyó que Racing tenía posibilidades de ganar el título peleando mano a mano? No hizo falta la moneda. El fútbol a veces es inentendible, la historia no.

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