Connect with us

Contra Vélez, mucho más que tres puntos

Primero quiero pedir disculpas a aquellos que siguen mis columnas pues este tiempo de viajes y coberturas futbolistas para el exterior me llevaron a no poder dedicarle un momento, el que se merece, a la escritura. Hecha la aclaración continúo con lo esperado: la columna.

Lo cierto, es que este domingo a las 14:10 horas Independiente se juega algo más que tres puntos. La clasificación a la Copa Sudamericana –esa Copa que muchos ningunearon y a la que ahora todos quieren clasificar- y la posibilidad de comenzar a recuperar el terreno perdido. Ese que tanto reclamamos. De a poco, porque no se puede revertir una era de malos resultados y ausencia de Copas de un día para el otro. De hecho, el partido contra Racing me dejó más interrogantes que certezas. Inicialmente aclaro que no dudo de las ganas que este equipo tuvo dentro del campo de juego. Creo en el futbolista y considero que siempre sale a ganar. Otro asunto es lo que luego suceda en el campo de juego pero los jugadores no se arreglan. Había en juego mucho más que tres puntos: Racing se ubicaba en descenso directo y nos acercábamos aun más a la Sudamericana. Sin embargo, en Vélez no se  pudo ganar. El único momento en el que hubo algo de fútbol fue cuando ingresó el Rolfi. Si bien jugó poco y nada fueron dos llegadas claras al arco de Gullota. Su salida, regreso al equipo al mismo lugar inicial: a la nada misma.

Capítulo aparte para la organización y coincido 100% con Infiernorojo respecto a lo opaco que fue el clásico en las tribunas. En el afán de evitar “violencia” lograron hacer de la previa un embole. Tanto que cuando el equipo ingresaba, sólo se escuchaba la bendita y –desde mi humilde punto de vista- detestable voz del estadio. No tengo nada contra el locutor, de hecho no lo conozco. Sí lo tengo contra el volumen elegido. Es realmente insoportable. Más allá de eso, la poca gente de Racing también fue una pena. Independiente siempre fue diferente al resto y el ida y vuelta de color de los clásicos estaban buenísimos. Pero el “miedo” a la violencia hizo equivocar los tantos y se hizo del clásico un color opaco y desafortunado.

Volviendo al fútbol en sí, Independiente alterna buenos y malos momentos y eso me asusta si consideramos que soñamos con entrar a una Copa Internacional como lo es la Sudamericana. El plantel es limitado para el campeonato local, imagínense para asumir dos compromisos. Doy por hecho que Julio Comparada evalúa la incorporación de algunos refuerzos y la oportunidad a varios juveniles que vienen pidiendo pista. En eso, le tengo mucha fe al Bichi. No me pregunten por qué pero le tengo mucha fe a nuestro entrenador. Quizás por su honestidad a la hora de las declaraciones y por la coherencia entre sus dichos y sus actitudes. Creo que era necesario que alguien con “ese” carácter asuma en nuestro equipo. Ejemplos hay varios y seguramente todos los saben.

Más allá del plus que considero tiene el Bichi espero mucho del partido del domingo. Necesito que Independiente rinda sin el Rolfi. Necesito que Lucas Pusineri siga poniendo la garra que puso ahora que tuvo una nueva oportunidad. Necesito que Rodríguez me siga cerrando la boca con su juego aunque cada vez que un delantero lo ataca sigo sufriendo sin saber qué puede llegar a pasar. Necesito que Assman practique en la semana saque del arco y alguna que otra cosita más allá de que lo banco a muerte porque nos salvó muchas en reiteradas oportunidades. Necesito que Mareque siga con su empuje y que Ledesma siga con su estilo perfil bajo pero contundente en el juego. Necesito que Machín se anime a salir para adelante y que Totono vuelva a jugar como lo hizo en el primer partido con la camiseta de Independiente. Necesito que este equipo se afiance y que los más chicos se mueran por jugar. Necesito que cuando un jugador salga, el que entre, haga “todo” para ganarse el puesto. Necesito seguir yendo por el camino del Bichi, ese que sueña con devolverle a mi equipo la identidad que tuvo por años y que hace rato perdió.

Para poder enfrentar la Sudamericana primero necesito ganarle a Vélez pero más allá de lo obvio, necesito que todo lo que escribí arriba se potencie y que este equipo tenga hambre, confianza, que se la crean. No hay que ser Agüero para poder soñar porque Agüeros hay uno sólo. Hay que sentarse a leer un poco de la historia de este club para empezar a mentalizarse que es “eso” lo que tenemos que recuperar. A este equipo le tengo fe, sólo falta que se la tengan ellos mismos.

Por Débora D´Amato para InfiernoRojo.com

Denuncias que se hicieron escuchar

Actualidad

¿Qué pasa con Busse después de un año de su operación?

Actualidad

Autocrítica en plena crisis

Actualidad

Las urgencias del fútbol desprecian la pelota

Actualidad

Advertisement
Connect