La decisión respecto a la citación de Ezequiel Barco no puede caer sobre el juvenil y debe ser netamente institucional.
El fútbol, como tantos otros aspectos, está lleno de axiomas y de lugares comunes. Frases que se repiten, muchas veces de manera automática, a la hora de elaborar un discurso; pero que en lo práctico no siempre se ponen de manifiesto.
“Hay que cuidarlo, llevarlo de a poco”, se dice generalmente cuando se da la aparición de alguna figura como la de Ezequiel Barco. Cuerpo técnico, compañeros, medios y dirigentes repiten la frase una y otra vez, sin especificar demasiado la planificación real para llevar esto a cabo ¿Qué significa llevar de a poco? ¿Cuándo deja de ser poco y comienza a ser mucho? ¿Quién lo define?
En las últimas semanas surgió una situación que puede y debe llamar a la materialización de esta frase. La citación de Barco al Sub20 para jugar el Mundial y las discusiones que comenzaron tras la misma. El último capítulo de la novela tiene al chico entrenándose en Independiente, pese a estar convocado para hacerlo en Ezeiza.
Pareciera ser que todos se tiran la pelota, pero en este caso quien debe pararla no es el jugador. Jamás una decisión así puede pasar por el propio juvenil, aunque está claro que el mismo puede tener una opinión formada al respecto. Ni siquiera debe atribuirse al cuerpo técnico, que seguramente tendrá también sus preferencias. Como toda decisión institucional, la respuesta al que hacer con la citación la deben dar únicamente los dirigentes.
Hacerse responsable y afrontar las consecuencias de las decisiones es también una muestra de grandeza. Y ante este escenario, una decisión que puede generar conflictos no puede caberle nunca al juvenil que pareciera ser la mejor aparición en Independiente de los últimos tiempos. Que el chico se preocupe por jugar, por crecer y por seguir aprendiendo. Si tanto hay que cuidarlo, si tanto hay que llevarlo de a poco, que entonces se ponga de manifiesto.
