Había que olvidar lo más rápido posible la dura derrota ante Banfield y así fue. Se le ganó claramente a un pobrísimo Huracán y todavía el sueño de entrar a la Libertadores está latente. Sabemos que es muy complicado, porque no depende de nosotros, pero ¿quién nos quita la ilusión y la esperanza? Faltan tres fechas aún y en este mediocre fútbol argentino, todo puede suceder.
Pero no es de este tema el que quiero hablar, sino de otras cuestiones que me parecen hace mucho no pasan en nuestro querido club. Hace un tiempo, desde estas mismas líneas, me preguntaba si Gallego iba a poder conformar un equipo competitivo para afrontar este torneo. Y vaya si lo pudo hacer. El “Tolo” tomó el toro por las astas y formó el mejor plantel que pudo, de acuerdo a la realidad económica de la institución.
Con la experiencia de un entrenador que conoce el paño, separó a quienes no iban a ser tenidos en cuenta y acertó con los jugadores que pidió. Logró insertar en los jugadores su sello, les cambió la mentalidad perdedora que tenían, les hizo ver que si todos tiran para el mismo lado los resultados van a llegar, y lo más importante, formó un equipo de hombres con garra, ambición, decisión, coraje, entrega, sacrificio, compañerismo y que lucha cada pelota como si fuese la última. El hincha se dio cuenta del cambio de actitud y por eso despidió con aplausos y de pie al equipo, en la dolorosa derrota frente a Banfield que nos bajó de la lucha por el título y de la clasificación a la Copa Libertadores.
¿Falta? Por supuesto que sí. Falta que los jugadores maduren un poco más, que se consoliden como plantel, que se conozcan más y que con el transcurrir de los encuentros puedan dominar situaciones de juego. Otra a favor del entrenador es que le dio continuidad a chicos del club (Gabbarini, Galeano, Mancuello) y supo reconocer cuando se equivocó (caso Mareque). Apostó por jugadores que eran resistidos (Gandín-hoy figura y goleador) y recuperó a jugadores muy valiosos: Tuzzio, Silvera, Acevedo. Todo mérito de él.
Otro dato no menor es que volvimos a nuestra casa. Dejamos de deambular por otras canchas para ahora sí sentirnos locales nuevamente. El público está contento y los jugadores también. “No hay nada mejor que volver a casa”, decía uno de los afiches en el día de la inauguración y eso es así. El equipo visitante siente la presión y los nuestros, el aliento que baja de las tribunas.
El estadio luce muy lindo pero todavía falta mucho por hacer. El primer paso que era volver está dado, ahora sólo queremos que se continúen con las obras y que si todo va bien, para fines del año que viene tengamos finalizado al ciento por ciento la cancha. Sin lugar a dudas va a ser la más linda de la Argentina y una de las más bonitas de Sudamérica. Esto debe ser motivo de orgullo para todo el hincha de Independiente.
Un punto importante para destacar también, es la muy buena relación que mantienen hoy Menotti y Gallego, algo que en un principio no parecía muy factible. Los dos, como dos personas adultas que son, aclararon sus diferencias y hoy todo está viento en popa. Desde la dirigencia están muy conformes con la tarea del manager y el técnico también lo está. Dialogan todos los días y cada paso que dan lo hacen juntos. El “Tolo” está muy contento con todo el esfuerzo que realizó el Gran César, para que todos los jugadores que el técnico solicitó lleguen al club. Ahora seguramente estarán diagramando la pretemporada, que será en Salta, y hablando de los posibles refuerzos para el próximo campeonato.
Desde la dirigencia parece haber un poco de cordura y coherencia en algunos temas. Desde la elección del técnico, el manager, la contratación de los jugadores, la apuesta por las divisiones inferiores y el cumplimiento de proyectos a largo plazo. Espero y supongo que usted también lo esperará, que podamos disfrutar de los grandes valores que van surgiendo de nuestra cantera (Mancuello, Gabbarini; Galeano) por muchos partidos más y que no sean vendidos al exterior con un par de partidos en primera división. Ojala que algún día podamos tener a todo un plantel completo en una cancha, y que todos esos chicos sean producto de las inferiores.
Muchas veces, critiqué con dureza a Comparada y quienes lo acompañan porque veía que muchas cosas se estaban haciendo mal y eso no era bueno para el club. Pero también hay que ser justos y reconocer los aciertos, cuando los hay. Espero que las cosas sigan mejorando por el bien de nuestra querida institución día a día. Porque el hincha, que es el verdadero sostén de todo club, se lo merece y es quien debe sentirse orgulloso.
Mientras tanto, el sábado hay que ganar otro clásico, esta vez frente a Boca, de visitante, para seguir por la buena senda. Esperemos que allá por las 23 horas estemos todos contentos, festejando un nuevo triunfo que nos permita seguir subiendo en la tabla y, por qué no, soñar con clasificarnos a la Libertadores. Por ahora, me siento muy contento porque de a poco las cosas se van encaminando en nuestro amado club como hace mucho no sucedía. Brindo por eso.
Por César Cáceres para InfiernoRojo.com
