En un primer tiempo muy bajo y pese a levantar en el complemento, Gustavo Toledo no supo aprovechar la oportunidad que encontró al volver al equipo. El lateral cometió distracciones puntuales y cerró una tarde negativa.
Como todo Independiente, el defensor comenzó el partido desbalanceado y errático. A los 30 segundos perdió la posición, quedó en la mitad de la cancha y produjo la salida de Hernán Pellerano desguarneciendo la zaga central. Así llegó el gol de San Lorenzo, por un error posicional antes del minuto de juego. Posteriormente, todo fue cuesta arriba.
Durante el PT, dio algunos pases incorrectos o intrascendentes, tomó malas decisiones, centros a la nada, no se proyectó y por otro lado también tuvo que sufrir murmullos infundados cuando realizaba acciones satisfactorias. En los segundos 45’ su nivel incrementó, sin ser descollante, y cortó ataques peligrosos del rival. Se lo notó falto de ritmo, más allá de un alcanzar un buen rendimiento físico.
Con la vuelta de Víctor Cuesta para el Clásico de Avellaneda, es posible que deje el equipo nuevamente para que Nicolás Figal se vuelque de lateral derecho.
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