El equipo de Ariel Holan, ofensivamente depende mucho de que funcionen las sociedades entre el tridente de ataque.
En los 15 partidos que éste Independiente disputó en el semestre, ha quedado claro que si las conexiones entre Martín Benítez, Ezequiel Barco y Emiliano Rigoni funcionan, el equipo es uno, y si no lo hacen, como ante Boca, parece otro. Además, estos jugadores son respaldados en la cancha por Emmanuel Gigliotti, que realiza un gran desgaste luchando ante los centrales del rival.
No es casualidad que ante Boca y Aldosivi, cuando los rivales impidieron la conexión entre los atacantes rojos, Independiente haya tenido sus peores partidos del semestre. Es un aspecto a mejorar que cuando las sociedades están bien cubiertas, algún volante central, como lo puede ser Walter Erviti, Maximiliano Meza o Nery Domínguez, se encargue de romper líneas con un pase filtrado.
Con su llegada, Ariel Holan ha demostrado que busca un Independiente protagonista en todas las canchas y mucha gente en ataque. Como positivo, el equipo tiene la formación de sociedades y, como punto a corregir, la falta de variantes cuando éstas no funcionan.