La temprana eliminación de la Copa Argentina evidenció las falencias en un nuevo mal mercado de pases.
La derrota ante Atlético de Tucumán en Mendoza y la temprana eliminación de la Copa Argentina caló hondo en los hinchas que explotaron en las redes sociales. Con la efervescencia lógica de la derrota reciente, los comentarios y las críticas encontraron diversos receptores. El tamiz del paso de las horas concluyó en un punto en común fácilmente identificable: el mercado de pases se llevó todos los cuestionamientos.
Independiente vendió a su figura y goleador – párrafo aparte, y pese a la intimación de Belgrano, aún sigue sin saberse a ciencia cierta los valores de la operación – y está claro que no trajo un solo jugador equiparable a lo que significaba Emiliano Rigoni. Ni en actualidad, eficacia y proyección de cara a una futura venta. Y se repitió en relación a las generalidades del mercado inmediato anterior.
De los que llegaron en el mercado pasado, ninguno logró afianzarse en el equipo. Nery Domínguez alterna partidos como titular con otros en los que ni siquiera es alternativa. Con su préstamo próximo a vencer en diciembre, y una opción de compra de más de 4 millones de dólares, se puede presumir fácilmente que no seguirá el año que viene. Walter Erviti no demostró hasta el momento ningún argumento para seguir en el equipo titular y Emmanuel Gigliotti – corresponde mencionar que recién suma su segundo encuentro tras la operación y los 100 días de recuperación – llegó para hacer goles y el equipo precisa que empiece a hacerlos.
Los que se incorporaron hasta ahora, claro está, tienen más crédito, independientemente de las expectativas individuales que generen en cada uno de los hinchas. Nicolás Domingo sorprendió en sus primeros 2 encuentros, siendo la indiscutible figura. Jonás Gutiérrez realizó 2 primeras interesantes presentaciones. Ninguno de los 2 – al igual que el resto del equipo – tuvo un buen partido ante Atlético. Juan Manuel Martínez apenas mostró algunos chispazos en un puñado de minutos y Fernando Amorebieta dejó más dudas que certezas en los encuentros disputados. Caso aparte es el de Gastón Silva, que llegó en medio de un conflicto internacional y que aún no está – y no se sabe a ciencia cierta cuándo lo estará – habilitado.
La eliminación en la Copa Argentina es un fracaso deportivo. No hay que temerle a la palabra. Fue el DT el que aseguró, en una conferencia al inicio del semestre, que en los mercados de pases se ganan los campeonatos. Y ya se desechó una de las únicas 2 posibilidades ciertas de coronarse antes de diciembre. La restante es la Copa Sudamericana, en la que supo avanzar con autoridad, pero a la que todavía le queda largo trecho. Y se convirtió, a esta altura, en la única y máxima aspiración hasta fin de año.
Por supuesto que, aún con todos estos atenuantes, este equipo podría tranquilamente competir en la Sudamericana. Que la expectativa esté latente es exclusiva responsabilidad de Ariel Holan, de su cuerpo técnico y – que no suene contradictorio – de los jugadores que ya están afianzados. Por caso, la del 2010 la ganó a base de hacerse fuerte como local. Pero claramente deberá plantearse como el objetivo principal y será la competencia a la cual deberán volcarse todos los recursos. Todo esto sin desatender el andar en el torneo local. Porque si había una chance para hacer una diferencia, era este mercado. Y está más que claro que no se armó un plantel suficiente para pelear en 3 frentes.
