Comenzó junio y, con toda la atención puesta en el mundial, el fútbol de clubes dio su punto final en el semestre. Llegó la hora de hacer el balance general de lo que ofreció Independiente en la primera mitad del año, en varios segmentos y aspectos.

Los objetivos: Como es habitual, Ariel Holan se había trazado tres metas para la etapa inicial del año, de los cuales, al igual que el anterior, solo se cumplió uno. No pudo ganar la Recopa, probablemente el más importante, y pese a la sensación de vacío, lo cierto es que estuvo a la altura contra un rival durísimo y se le escapó en la tanda de penales. Tampoco pudo asegurarse un lugar en la próxima Copa Libertadores, ya que no terminó entre los primeros cinco del campeonato. Le faltó solo un punto y fue una desazón la derrota en Santa Fe donde podría haber sellado su pase. Sí cumplió la clasificación a Octavos de Final de esta edición del torneo continental. Había arrancado con un duro golpe en Venezuela, pero se recuperó y terminó compartiendo en puntos el primer puesto del Grupo junto a Corinthians.

Lo deportivo: El Rojo tuvo una notable merma en el rendimiento futbolístico, con respecto a lo que había dejado en el semestre anterior. La altísima vara de Nicolás Tagliafico y Ezequiel Barco no fue compensada con los refuerzos que llegaron, sumado a sendas dificultades físicas que atravesaron Maximiliano Meza y Fabricio Bustos; dos piezas claves en aquel equipo. Sin embargo, lentamente el plantel se fue asentando y, aceptando las limitaciones, se terminó el semestre en un buen nivel e Independiente sigue siendo un equipo duro que todos los rivales prefieren evitar.

Los que anduvieron bien: Sin lugar a dudas, este semestre significó la total y completa explosión de Martín Benítez; que, luego de malograr el penal contra Inter, se convirtió en el as de espadas de Ariel Holan. En todos los partidos fue figura, el más peligroso del equipo y la llave del gol en la mayoría de los encuentros del Rojo. No debe opacar el tremendo nivel de Nicolás Domingo, que se consolidó como amo y dueño del mediocampo, ni tampoco el de Maximiliano Meza, que lastimosamente tuvo una decaída con su lesión.

Los refuerzos: Las incorporaciones de Independiente, en balance general, no cumplieron las expectativas. Esto no quiere decir que no puedan rendir a futuro, sin embargo, en el balance semestral no hubo satisfacción. Fernando Gaibor llegó con un guante en el pie, pero se mostró incómodo en la mayoría de los partidos, aunque fue levantando de a poco. Mismo caso para Silvio Romero, que arribó con promesas de gol y vertiginosidad, pero le costó entrar en ritmo. Gonzalo Verón tuvo algunos destellos, al igual que Jonathan Menéndez, aunque fueron irregulares. Y de Emanuel Brítez y Braian Romero no se pudo a ver mucho, alternaron buenas y malas.

Los que se fueron perdiendo: Es para destacar también alguna nómina de jugadores que eran de la partida para el cuerpo técnico pero lentamente fueron perdiendo protagonismo. Entre los principales casos se encuentran el de Jonás Gutiérrez y Juan Manuel Martínez, apenas tenidos en cuenta en 2018. En segundo lugar, el caso de Juan Sánchez Miño, que si bien fue importante, perdió la titularidad en un puesto clave. Otro caso similar es el de Leandro Fernández. que perdió el sector de mediapunta y, cuando le tocó entrar, le costó.

Poco uso de juveniles: Así como se destacó de Ariel Holan su gran labor a la hora de armar un gran grupo con jóvenes el año pasado, lo cierto es que en este apenas utilizó juveniles. Incluso con la doble competencia y habiendo ganado el clásico de Avellaneda con mayoría de futbolístas de corta edad, no les dio minutos. Así fue que jugadores que habitualmente tenían oportunidades, no las tuvieron tanto. Como el caso de Gastón Togni, Domingo Blanco o Rodrigo Moreira.

Las metas que se vienen: Al Rojo se le asoman una serie de importantes compromisos en la segunda mitad del 2018. En primera instancia, en agosto definirá la Copa Suruga, que por nombre no es importante, pero suma otro pergamino. Dentro del calendario es el desafío más próximo y es la primera meta a lograr dentro del segundo semestre. Inmediatamente después comienza la llave de Octavos de Final de la Copa Libertadores. El torneo continental es el sueño más grande y sin lugar a dudas será el gran objetivo de este 2018, aunque la historia se deberá escribir peldaño a peldaño. Luego, será clave para el Rojo comenzar haciendo un buen torneo local, esperando de una vez por todas arrancar la Superliga siendo protagonistas desde un comienzo y poder estar entre los de arriba desde el arranque. En última instancia, se jugará una nueva edición de la Copa Argentina y ganarla puede ser otro de los objetivos de Independiente. Como en la otra copa, se irá partido a partido.

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