En la despedida de Miguel Angel Santoro, Independiente derrotó 2-1 a Gimnasia en Jujuy, por la 12ª fecha del Torneo Clausura, y acrecentó sus chances de ingresar a la Copa Sudamericana. Hernán Fredes, a los 10 segundos de juego, y Daniel Montenegro marcaron los goles para el tercer triunfo consecutivo del “Rojo”.
Diez segundos tardó Independiente en sacar en ventaja. Bastó el saque desde el medio, un pelotazo para Hernán Fredes y un desvío en Acuña, defensor de Gimnasia, para que el equipo de Miguel Angel Santoro se pusiera 1-0 en Jujuy.
Tras el tanto, el local insinuó una tibia levantada que tuvo como momento cúlmine un cabezazo en contra de Carlos Matheu que se estrelló en el travesaño. Salvo aquella acción, el “Lobo” no volvió a inquietar a Fabián Assmann en la primera etapa.
El “Rojo” no fue vistoso pero sí sólido, sobre todo en su línea media. Con Damián Ledesma nuevamente en un alto nivel, controló el juego y justificó la ventaja, aunque careció en demasía de profundidad. Sin embargo, Freddy Grisales y Lucas Pusineri estuvieron imprecisos y el equipo lo sintió.
En el complemento, Gimnasia salió decidido a acorralar a Independiente y por momentos lo logró, aunque no llegó a generar acciones de real riesgo. Y cuando mejor estaba el local, Montenegro armó una gran jugada y con un remate furibundo desde afuera del área clavó el 2-0. ¿Partido liquidado? Nada de eso.
Tan solo seis minutos después del tanto del “Rolfi”, una distracción en el fondo del “Rojo” propició el descuento de Miguel Arraya, quien con total libertad empujó la pelota sobre la línea. Y a sufrir.
El “Rojo” retrasó sus líneas y apostó a liquidarlo con alguna contra. Las tuvo, pero Germán Denis no estuvo fino en una y el “Rolfi” definió mal otra. Y ojo, porque así como lo pudo haber liquidado, también se lo podrían haber empatado, ya que el “Lobo”, con el ingresado Luis Miguel Escalada como abanderado, apretó hasta el último minuto.
Pero no. El destino quería otra cosa para la despedida del enorme Pepé y le regaló una alegría, la tercera al hilo, que lo deja al equipo en una buena posición y al propio entrenador con la sensación del “deber cumplido”, tal como lo dijo él luego del partido. Gracias Pepé.
