En Independiente Jorge Almirón nunca logró ganarse el respeto de los hinchas. Pese a la buena cantidad de puntos, a la gran mayoría le quedó la sensación de más. El estilo no convence, los cambios no gustan y cada derrota es una crítica. Inclusive en verano. Por eso… paciencia.
Llegó casi sin tiempo para hacer jugar a un equipo que tuvo refuerzos, muchas bajas y que venía del peor momento de su historia. Logró un conjunto que fue ciclotímico, porque tuvo picos muy altos de buen fútbol y partidos en los que la parsimonia y la carencia de ideas exasperaban a todos. Y, pese a esto, sumó 30 puntos. Mas, no le alcanzó para entrarle a la gente.
Muchos enaltecieron la figura de Federico Mancuello por su funcionamiento y goles. Aunque justamente el capitán cada vez que puede resalta que su gran performance fue gracias al cambio de posición que le instó a ocupar Almirón. Con sus palabras lo respalda y le pide a la gente que le tengan paciencia. Comparte la idea del DT y la trata de inculcar.
Esta semana en una gran entrevista con InfiernoRojo Radio, Mancuello dijo: “Yo creo que así como los refuerzos necesitan una adaptación, a Jorge le pasó lo mismo y vivió eso. En Independiente, todas las cosas tienen otra dimensión, distinta a lo que es un club como Godoy Cruz. Pasa que para los jugadores es más fácil, porque tienen otros 29 compañeros para apoyarse. Pero a mí, como hincha, me gusta que Independiente tenga esta idea, con predisposición al ataque”.
Son palabras trascendentales para explicar el hoy. Independiente cayó por goleada ante un River que le salen todas cada vez que enfrenta al Rojo. Aprovechó los errores puntuales para dañar y con diez hombres y sus titulares, en el complemento, dañó mucho. No obstante, hay que entender que no deja de ser un encuentro veraniego.
Sí, estarán los que digan que el primer tiempo fue ante los suplentes. Entre esos “suplentes” River tenía a Pezzella; a Balanta, tasado en una cifra increíble; Mayada, refuerzo; Ponzio, una de las claves del campeón; Martínez, refuerzo de 4 millones de dólares, y Cavenaghi. La realidad marca que se enfrentó a uno de los mejores equipos argentinos del último tiempo.
Independiente sigue adaptándose al DT y, entre el semestre anterior y la pretemporada actual, el equipo irá logrando un funcionamiento uniforme. Y, este domingo, será Racing el rival a enfrentar. Obvio que de amistoso tendrá poco, como cada vez que se juega el clásico.
Sin embargo, hay que entender el contexto. Ningún resultado de estos partidos de verano debe hacer tambalear el proyecto de Almirón. Hay que entender, también, que la dirigencia apostó por él y el grupo también. Se trajeron refuerzos de calidad para el fútbol local y en casi la gran mayoría de los casos fueron el plan A del entrenador. Allí estará la presión hacia el DT.
Pero esa presión no debe traducirse en histeria. Sí en exigencia. Es un torneo largo y las chances y los procesos serán diferentes. Es momento, como dice el capitán, de tirar todos para el mismo lado. La dirigencia respaldando al entrenador desde afuera y los jugadores desde adentro. Si la idea de atacar vertical se logra y los resultados llegan todo será más fácil. Para eso, también el DT deberá respaldarla, mantenerla y no cambiar ante cada tropiezo.
Es momento de que la histeria no le gane a la derrota. Que si existen tropiezos se logre mantener una idea. Independiente necesita margen. Independiente necesita calma. Independiente necesita que todos tiremos para el mismo lado para encontrar ese crecimiento sostenido para no volver a caer. ¡Vamos Rojo!
