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Gracias Laudrup

Desde este espacio le quiero agradecer al danés Michael Laudrup, un excelentísimo y lujoso jugador de fútbol, que como DT viene dando sus primeros pasos y a veces toma decisiones increíbles, pero que traen réditos inimaginarios.

Getafe se jugaba el pase a semifinales de la Copa UEFA, durante toda la competición el arquero titular era Oscar Ustari, así como también lo es en la Copa del Rey, en la que casualmente o no, está en la final (ante Valencia en el Vicente Calderón). Sorpresivamente (o no) el entrenador danés decidió que Ustari no sea titular en la revancha ante el Bayern Munich. Optó por poner al Pato Abbondanzieri, quien es el arquero en el campeonato local.

Pero no la iba a sacar barata, pues la noche de Madrid le tenía preparado un gran disgusto y mucho tuvo que ver su decisión. Fue un partidazo, Getafe ganaba 1 a 0 y se clasificaba (en Alemania habían empatado 1-1). Con un hombre menos el conjunto español aguantó hasta el final cuando el francés Ribery empató tras pescar un rebote en el área y romperle el arco al Pato (muy similar al gol de Adriano en la Copa América 2004).

Lo mejor estaba por llegar: en el suplementario el Getafe concretó dos tantos rápidamente, y cuando faltaban 4 minutos llegaría la venganza de la justicia. El 3-1 parcial parecía sellado pero tras un centro llovido y fácil para el arquero, Abbondanzieri se mandó el blooper de su vida y, tras querer agarrarla se le escurrió por entremedio de las piernas y Luca Toni solo tuvo que empujarla. 3-2, pasaba el Geta, pero otro centro al área (con Oliver Khan buscando el empate), el ex arquero de Boca duda entre salir o quedarse y es Toni quien otra vez concreta el heroico 3-3. Fue la última jugada del partido. La jugada que eliminó al Getafe (por goles de visitante). Abbondanzieri y toda una ciudad lloraba.

¿Habrá aprendido la lección ese fantástico ex jugador danés? No lo sabemos, tiene la chance de demostrarlo en la final de la Copa del Rey. O muere con su libreto (como murió ante los teutones) o se la juega por la frescura de un pibe que está destinado a grandes cosas. Por lo pronto, desde esta columna: gracias Michael Laudrup por mostrarnos las dos caras de un mismo puesto. Por ahora te quedaste Pato.

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