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Huevos y carácter

saludo

En la semana, antes de que jueguen los perseguidores, el punto no dejaba de ser tal, por ende, la victoria era el único resultado que se valoraría en la Avellaneda roja. Pero el destino terminó por hacer su jugarreta y la unidad traída desde Santa Fe se valora casi como un triunfo. No sólo porque sirve para seguir líderes y con otro paso de distancia, sino también por la resistencia que mostró el equipo.

La expulsión de Leonel Galeano fue un pecado de juventud. Porque perdió las espaladas de Esteban Fuertes y no le quedó otra que bajarlo siendo último hombre. Pero lo de Darío Gandín invita a la reflexión. Irresponsable y chiquilín el capitán de Independiente. Tuvo otro flojísimo partido en el torneo y lo coronó con una roja digna de un jugador amateur y sin cabeza. Fue innecesario lo que hizo en las dos amarillas, más aun cuando las lesiones intentan boicotear los sueños de campeonato.

Otro punto negro fue el primer cambio de A mérico Gallego. ¿Por qué sacó a Leonel Nuñez, hasta ese momento el mejor hombre del Rojo y dulce por su segundo gol consecutivo en el Clausura? ¿No era preferible sacar a Gandín? Claro que es fácil hablar con el diario del lunes, pero, lo que queda claro es que el Gordo no era el jugador a cambiar.

Hay que sacarse el sombrero con dos actuaciones: las de Adrián Gabbarini y Eduardo Tuzzio. El arquero otra vez demostró ser determinante, porque debajo de los tres palos fue inexpugnable, menos en el misil de cabeza que sacó, cuando no, el Bichi Fuertes. Pero el mendocino dio muestras que su nivel está por las nubes y que su techo sigue sin llegar. En tanto, el central, tuvo un partido esplendoroso. Cortó todos los avances aéreos que fueron por su lado, cortó por abajo, llevó tranquilidad y no se complicó a la hora de salir jugando.

La ingrata lesión que marginó del partido a Ignacio Piatti fue un punto clave dentro del encuentro, porque el Rojo perdió a su patrón de juego, al formador de los circuítos futbolísticos. Pero, a falta de fútbol, se jugó con otra cosa: huevos y carácter. Y se sufrió, se insultó, se parió el punto, pero a final de cuentas se valora por la forma en la que se lo hizo, con el corazón. En definitiva, si bien se acercó Estudiantes, se estiró un punto la diferencia con el segundo, Godoy Cruz. El máximo rival de Independiente es el propio Independiente, depende sólo de nosotros.

Todos los hinchas del Rojo hubiesen firmado estar donde estamos antes del inicio del Clausura. Por eso, hay que seguir apoyando a este equipo, sobre todo a los que terminaron en la cancha, respetuosos de la camiseta y de los miles de hinchas que coparon la tribuna visitante del Cementerio de los elefantes.

Se dio otro gran paso hacia el objetivo que acapara todas las miradas rojas, esas mismas que el sábado explotarán el Libertadores de América para empezar a moldear el gran sueño, ese mismo sueño que, fecha a fecha, va tomando un color rojo intenso y que, con cada cerrar de ojos, eleva las palpitaciones a mil. El torneo está en nuestras manos, no lo dejemos escapar.

Independiente cayó ante Colón (Foto: Clarín) Independiente cayó ante Colón (Foto: Clarín)

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