Lo mal que jugó Independiente. Como lo pasó por encima un equipo tan limitado como Racing. Como se dejaron escapar puntos otra vez sobre el final. En una tarde para el olvido, el equipo de Claudio Borghi ganaba 1-0 con gol de Daniel Montenegro, en el único tiro al arco del “Rojo” en todo el partido, pero cuando faltaban dos minutos, Franco Sosa puso el 1-1. Preocupante.
Fue, lejos, el peor partido de Independiente en tiempo. Cero ideas, cero fútbol, cero actitud, cero resistencia física, cero en todo. Salvo Leandro Gioda, que sacó lo que le tiraron, el “Rojo” mostró una imagen paupérrima ante un rival que venía de perder ante Lanús y Huracán.
Más allá de la bronca que genera la igualdad sobre el cierre, lo cierto es que el conjunto local podría haber goleado tranquilamente, sobre todo en el primer tiempo, donde Pablo Lugüercio se perdió dos goles increíbles. Y en esa misma etapa, cuando menos lo merecía, Independiente se puso en ventaja gracias a Montenegro, quien tomó un rebote en el área y puso el 1-0. Después de ese tanto, el equipo de Claudio Borghi no volvió a patear al arco NI UNA SOLA VEZ.
En el complemento, salió Federico Higuaín, de pobre tarea, y entró Adrián Calello, dejó el campo Darío Gandín para que ingrese Leonel Ríos y Leonel Núñez le dio paso a Freddy Grisales. ¿Algo cambió? Nada de nada. Independiente siguió siendo un equipo amarrete, sin transmitir absolutamente nada, y sobre el final, en otra distracción como la del partido ante Estudiantes, apareció por detrás de todos Sosa para decretar la igualdad.
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