Antes de la expulsión y después de la expulsión. Así fue planteado el partido por el cuerpo técnico y así fue analizado posteriormente por el DT.
Al segundo minuto de la etapa complementaria en el duelo entre Independiente y San Lorenzo, Emanuel Brítez tocó la pelota con la mano, vio la segunda amarilla y se fue expulsado. Allí todo cambió, según el cuerpo técnico. Un funcionamiento antes de la roja y otro totalmente distinto después de la roja. El análisis fue dividido en dos etapas.
Fue el propio Ariel Holan quien admitió: “Hasta el primer tiempo fue un partido dentro de los carriles normales. Hicimos una muy buena primera parte hasta 3/4 de cancha, pero no tuvimos peso adelante; San Lorenzo tampoco, porque hasta el penal no se habían acercado al área grande. Era un típico clásico, más luchado que jugado, con menos fútbol y con más roce de los dos equipos”.
“En ese momento hicimos muy bien hasta 3/4 de cancha, con un remate de Martín Benítez y un off side de Pablo Hernández que picó al vacío, similar a la jugada del penal ante Talleres. Conceptualmente es lo que queremos. Nos faltó un poco más de movilidad y conexión entre mediocampistas y delanteros. Me quedo con eso para mejorar, porque tenemos que ser más incisivos”, agregó el entrenador.
Como positivo, antes de la expulsión de Brítez, el Profesor recalcó: “Marcamos bien en ataque, cosa que no hicimos en el partido anterior. Sólo en la del penal perdimos una pelota de las que no se deben perder en la mitad de la cancha y vino la falta”. Pero rápidamente refutó: “En ningún momento del segundo tiempo pudimos defendernos con la pelota. No me preocupa, me ocupa para corregirlo”.
Además, Holan rescató la garra del equipo ante la disparidad numérica con el rival: “Dentro de cómo se planteó el partido creo que los jugadores cumplieron con creces. Queríamos otra cosa y ganar, pero habida cuenta de lo que pasó -quedarnos con 10 por 55 minutos- rescato enormemente el esfuerzo, la valentía y el oficio para sostener el partido”.
