Independiente es un equipo grande, de esos que mueven gente por todo el mundo. Tal es así que trasciende fronteras y hace que las personas lo elijan, en varios casos, por encima de los clubes de barrio.
Muchas veces no se toma dimensión de lo que genera Independiente a lo largo tanto de Argentina como del mundo, sin embargo, Jorge Caraballo, un hincha del Rojo que no es argentino, contó cómo es seguir al club desde otro país: “Recuerdo mis inicios como hincha del fútbol argentino. Sería sobre el inicio del 2006 cuando comenzó mi idilio, con un partido en el Gigante de Arroyito entre Rosario Central y Boca. El estadio a reventar y habían miles de papelitos en la cancha, con banderas y bombos”. Y contó cómo se hizo del Orgullo Nacional: “Una noche ví un partido de un equipo que vestía de rojo. El estadio, llamado Doble Visera, me llamó la atención. ¡Qué asimétrico era, tan distinto a los estadios europeos! Y había un diablo que regateaba todo lo que se le ponía adelante, a quien el comentarista le decía Kun”.
Y llegó la Sudamericana 2010, la primera gran alegría para este diablo del exterior, que explicó: “Ya con ADSL en casa, recuerdo el sufrimiento y la agonía del partido pixelado y con malísima imagen que ví de la final de Independiente frente a Goiás en 2010. El Rojo me entregó una noche inolvidable con esa remontada, esa tanda de penaltis, esa imagen del chico joven que tendría mi edad al cual enfocaba la cámara en cada lanzamiento y cada vez lloraba más“.
Claro que, después de semejante alegría, llegó la desazón, y fue donde más hubo que bancar a la institución. “Comenzó el peregrinaje de Independiente por la B y cada lunes, me sentaba frente al ordenador y alentaba como podía para sumar puntos. Imposible olvidar el afecto eterno que todos los hinchas del Rey de Copas deberíamos tener también a Omar de Felippe. Cada partido, ganado o perdido, el equipo se desfondaba y el Libertadores de América animaba”, recordó el español hincha de Independiente, y siguió: “Llegó el fin de la agonía una tarde lluviosa, tanto en La Plata como en Ejea, mi ciudad. Las casualidades no existen: Ascenso y vuelta del Rojo a donde siempre estará“.
Finalmente, en diálogo con Centrojás, Caraballo aseguró que el 2017 fue el año en el que más orgulloso se sintió de Independiente: “Al conocer la historia del Club, el palmarés, los históricos triunfos, amén de los jugadores históricos desde los comienzos, no me podía sentir orgulloso del juego que veía estos años atrás, ya que no había ningún atisbo de ver ese pasado de pierna fuerte y templada que había sido esta institución. Eso hasta el comienzo del 2017, en donde nos hemos reencontrado todos remando en la misma dirección”. Y cerró: “Me gustaría leer dentro de un tiempo un nuevo cuento de Eduardo Sacheri que hable de familias enteras alrededor de la televisión, abrazadas por el mismo sentimiento, viendo como los muchachos de este tal Ariel Holan, que hasta hace nada sufría como todos nosotros desde fuera por este club, se desgarran hasta lo más profundo de su ser para seguir dignificando este escudo en el césped“.
