Independiente se quedó con un partido clave en la lucha por el ingreso a las copas y la trascendencia del rival. Acá analizamos las claves que llevaron al Rojo a quedarse con los tres puntos.
En orden y en línea: Desde el minuto cero se vio un Independiente ordenado en todas sus líneas. Hizo el pressing sin desacomodarse y tampoco quedó desbalanceado en ataque, excepto algunas contras que sí lo ameritaron. Un elemento clave para crecer progresivamente y exigir al rival tu propio ritmo de partido.
No lo dejó crecer: Una de las claves para que el Boca que visitó el Libertadores de América estuviera algo desconocido fue que Independiente no lo dejó crecer ni cruzar tres cuartos de cancha. Fue un partido muy táctico y lo cierto es que Nicolás Domingo batalló contra el tan combativo mediocampo visitante a la perfección. Sus ayudantes, primero Jonás Gutiérrez y luego Fernando Gaibor, también lo hicieron bien. Fundamental para que el rival no pueda ser criterioso en la salida.
El mejor, contenido y sin explosión: Se sabía de antemano que la llave del gol de Boca estaba en Cristian Pavón. Fue elemental que el mediapunta jugara todo el primer tiempo incómodo, ya que lo condicionó para el resto del partido. Y luego, cuando se soltó en la segunda mitad, Nicolás Figal le ganó el mano a mano casi en su totalidad. Clave.
La que tuvo, la hizo bien, y la metió: Era uno de esos partidos donde no sobraban las chances de gol, por la intensidad, la presión, el miedo a cometer errores y demás. Y el Rojo, en la primera elaborada que tuvo, la mandó a guardar a la red. Importantísimo que sucediera, teniendo en cuenta que el equipo de Ariel Holan se caracteriza por necesitar varias situaciones antes de convertir.
Presión insoportable y eficaz: Pese a no haber tenido un mediocampo tan combativo, Independiente entendió a la perfección que una vez que abriera el marcador, Boca iba a venirse con todo. No lo dejó, gracias a que todos los jugadores pusieron en la marca y en la presión, todo lo que había que poner. Jugadores como Leandro Fernández y Fernando Gaibor, que por sus cualidades no son de marca, lo hicieron también. Hasta Martín Benítez cansado tuvo su cuota de compromiso. Tal fue el grado de compromiso, que sólo en el último fragmento del partido Boca lo arrinconó. Valió tres puntos.
