Independiente se trajo un punto del Florencio Solá. Pudo ganar pero también pudo ser muy desfavorable. Fue empate y en InfiernoRojo analizamos las claves del partido.
La expulsión: No puede sucederte nunca ser expulsado en apenas diez minutos de juego por doble amarilla. La salida de Pablo Hernández condicionó al Rojo todo el partido.
Comienzo desorientado: A raíz de la expulsión, el equipo quedó naturalmente descolocado. Y para colmo, llegó justo el gol de Banfield. Clave, porque si el Rojo aguantaba el sofocón, luego la historia se escribía de cero.
Evitó la diferencia: Sea por mérito propio o por omisión de definición del Taladro, lo cierto es que el Rojo pudo neutralizar lo bravo que se puso el local una vez que abrió el marcador. Fundamental, porque un segundo tanto de ellos era sentenciar el partido.
Se acomodó y creció: Independiente se acomodó en el partido y empezó a apretar a Banfield. Las entradas de Fernando Gaibor y Emanuel Gigliotti le dieron soltura a Martín Benítez, y apareció el juego, clave para llegar al arco de Mauricio Arboleda.
El gol justo: Que el Puma convierta rápido hizo que todo se hiciera más fácil para Independiente. Tanto que incluso se pudo ilusionar con levarse los tres puntos para Avellaneda. No estuvo fino en las siguientes, pero el Rojo terminó cerrando bien un partido de menor a mayor. Como es habitual.
