Independiente venció a Banfield en un partido clave visto desde varias aristas: por un lado, para hacer borrón y cuenta nueva de la Recopa; por otro, para seguir sumando en el torneo local; y por último, para dejar el terreno bien encendido para el comienzo de la copa. Aquí analizamos las claves que llevaron al Rojo a quedarse con los tres puntos.
Entró la que tenía que entrar: Fue un típico partido de Independiente, de esos que se dan habitualmente donde el equipo empuja, genera situaciones y no las convierte. Tuvo varias, algunas muy pero muy claras y terminó entrando una desde afuera del área.
El hambre de reivindicación de Martín Benítez: Sin dudas, un factor fundamental para el triunfo fue que el misionero haya salido con el arco entre ceja y ceja. Fue de lo mejor del Rojo y la primera que tuvo con espacio para patear, pateó. Se descargó, el hincha lo reconoció y generó alegría en la tarde.
La desatención en el fondo no fue facturada: Siempre se insiste con que una gran falencia de este equipo es que comete, al menos, un error severo por partido. Es increíble, pero es así. Esta vez la equivocación abajo fue gravísima, errando pases muy finos en defensa que le dejó al Taladro una jugada bárbara, que terminó en un disparo por arriba del travesaño. Clave para que no haya sido otro empate.
Orden y control en la segunda mitad: Salvando las distancias, el desarrollo del segundo tiempo podía ser similar al de Porto Alegre, con un rival que tenía que venir a buscar el gol sí o sí. Y ojo que Banfield tiene un gran equipo, con mucho peso ofensivo que no es para desestimar. Independiente no se dejó doblegar, aunque sí mermó en su rendimiento. Enfrió el partido bien, hizo entrar al rival en juego brusco y salió bien. Fundamental.
Liviano arriba: Incluso el partido podría haber terminado con una diferencia más abultada a favor del Rojo. Pero siempre hay que decirlo, está flojo arriba. Este equipo, con tan sólo 16 tantos en el campeonato- uno de los que menos tiene-, le cuesta encontrar la llave del gol. Ni Silvio Romero ni Leandro Fernández pudieron conectar a la red. Y la falta de eficacia se replica como en dominó al resto del equipo.
