Independiente mereció ganarle ampliamente a Rosario Central, pero entre los palos y las definiciones defectuosas no pasó del 1-1. El Rojo tuvo más de 10 oportunidades claras para vencer a Jeremías Ledesma, pero sólo lo consiguió con un remate de Emmanuel Gigliotti a los 18 minutos del segundo tiempo.
Había clima de fiesta en Avellaneda y no era para menos: Independiente volvía a jugar de manera oficial luego del memorable Maracanazo conseguido el año pasado. Con Martín Campaña a la cabeza (es el nuevo capitán luego de la partida de Nicolás Tagliafico), el equipo hizo el histórico saludo y, luego, el arquero levantó la Copa Sudamericana e hizo que todo el estadio estallara al grito de “Dale Campeón”.
Sin embargo, el partido no fue lo esperado por la gente. No es que el Rojo haya sido ampliamente superado por Rosario Central, lejos estuvo de serlo, pero si le costó en los primeros 45 minutos. Con Fernando Amorebieta y Nicolás Figal en la zaga central, y Gastón Silva y Fabricio Bustos Zein por las bandas, al Diablo le costaba la salida y rifaba la pelota ante la presión del Canalla.
Aún así, cuando el Rey de Copas lograba pasar la mitad de la cancha, era letal. Primero, con un remate de Leandro Fernández cuyo rebote agarró Nicolás Domingo y mandó por arriba del travesaño, y luego con un centro rasante que Juan Sánchez Miño no alcanzó a desvíar a la red. No obstante, Independiente pagó caro la falla en las pelotas aéreas de la defensa y, a los 34 minutos de la primera mitad, un tiro libre muy bien ejecutado por Leonardo Gil encontró la cabeza de Fernando Zampedri, que envió la pelota a la red. Derrota 1-0 más que inmerecida para el campeón.
#TNTSports | #Independiente y #RosarioCentral completaron un partido pendiente de la Fecha 11 de la #Superliga en un partido para el infarto. Volvé a ver las mejores jugadas. pic.twitter.com/9FuLDRcKBu
— TNT Sports LA (@TNTSportsLA) 25 de enero de 2018
En el complemento, Independiente recobró la memoria. Con mucho ritmo e intensidad, el Rojo empezó a parecerse de vuelta a ese memorable equipo que ganó la Sudamericana y que ponía contentos a propios y ajenos, aunque sin suerte a la hora de definir. Con sendos remates de Leandro Fernández y Martín Benítez a los palos y, además, un gol clarísimo fallado por Emmanuel Gigliotti tras un rebote de un cabezazo que había pegado en el palo, a los de Avellaneda se les hacía cuesta arriba el encuentro, tal vez más de lo pensado.
¿Le faltaba algo más al partido? ¡Claro que sí! A los 18 minutos, los dirigidos por Ariel Holan hilvanaron una de esas jugadas exquisitas, a puro toque, a las que tanto nos acostumbraron desde el inició de la era del DT, pero Gigliotti pegó la pelota en el palo. ¿Cómo siguió? Al bajar, la misma rozó la espalda de Ledesma, picó e ingresó al arco. Si, hasta el gol del empate tuvo que ser de carambola, pero fue empate al fin.
Sobre el final del cotejo, Rosario Central tuvo algunas aproximaciones que podían haber terminado en una fatídica derrota 2-1 para Independiente producto de errores defensivos que habrán que corregir, pero no lograron llevarse lo que a esa altura habría sido un premio inmerecido y el resultado terminó en empate 1-1.
Si bien es cierto que el Rojo pecó de impreciso y cometió errores defensivos que preocupan, también lo es que jugó un gran partido, tuvo mucho coraje para salir a buscarlo y mereció ganarlo, algo que el hincha entendió a la perfección y despidió al equipo a puros aplausos. ¡A levantar la cabeza que vamos por buen camino!
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