El histórico Faryd Mondragón disfrutó el partidazo de Independiente – Atlético Tucumán y reflexionó: “Ojalá pueda volver a la cancha con mis hijos y escuchar por última vez cómo corean mi apellido”.
“Me gustaría poder ir a la cancha con mis hijos, volver a saludar desde el campo de juego y despedirme de la gente. Ojalá Independiente siga pasando de fase en la Copa Sudamericana y pueda saludar a la gente y volver a escuchar cómo corean mi apellido; porque es una de las cosas pendientes que tengo”, comenzó Faryd Camilo Mondragón Alí, recordado arquero del Rojo.
El colombiano tuvo dos pasos por el Rey de Copas, entre 1995 y 2000, donde ganó la Supercopa y todo el cariño del público diablo. Durante el último partido ante Atlético Tucumán subió a sus redes sociales una foto donde se lo ve acompañando al equipo desde su país y sobre el encuentro analizó: “Al cotejo no le faltó nada: tuvo todos los ingredientes emocionales típicos de una noche copera en el Libertadores de América”.
Y continuó: “Fue una noche muy a lo Independiente, en la que sufrimos, pero los muchachos fueron unos gladiadores impulsados por esta hinchada maravillosa y excepcional que tiene el Rojo, que transforma esas noches mágicas en muy especiales. Los recuerdos más lindos los tengo cuando estuvimos jugando torneos internacionales porque en la época de la Doble Visera, se respiraba una atmósfera totalmente especial”.
Por último, Mondragón recordó sus tiempos defendiendo el arco más grande del continente: “Cuando yo llegué a Independiente no había ganado absolutamente nada y pensé que si había un lugar al que yo tenía que ir para jugar y tratar de ganar la primera Copa en mi carrera, ese lugar era Independiente. Para mí, eso ilustra todo lo que significa como institución a nivel Internacional”.
“Todo lo que me había costado e imaginado levantar un título y dar una vuelta olímpica, se volvió tan sencillo con la camiseta del Rojo”, cerró en De la Cuna al Infierno.
