Eso. Simplemente eso es lo que hoy siente un hincha de Independiente al ver la producción de Sergio Agüero ante el máximo rival, Brasil, por las semis de los Juegos Olímpicos de Beijing
Agüero jugó sin dudas su mejor partido, más allá de los dos goles y el penal. Se lo vio mucho más participativo que en el resto del torneo, cubriendo bien la pelota, generándose él sólo los espacios y las situaciones. En definitiva, apareció en todo su esplendor justo en el partido que tenía que aparecer: crack.
Si la labor del “Kun” había sido buena en el primer tiempo, qué decir del segundo: en 15 minutos metió dos goles, el primero tras un remate de Angel Di María que desvió mitad con el pecho y mitad con la mano y el segundo tras un centro de Ezequiel Garay que empujó apenas para empezar a liquidar la historia.
Por si esto fuera poco, tras una gran jugada de su amigo Messi, fue derribado en el area cuando quedaba mano a mano ante el arquero brasileño. Riquelme convertiría el 3-0 definitivo que desataría la posterior fiesta en el plantel argentino, que en la madrugada del próximo sábado (a la una) estará definiendo la medalla de oro ante los nigerianos.
En definitiva, Agüero otra vez hizo enorgullecer a todos los hinchas del “Rojo”, esos que siempre están pendientes de cada gambeta, de cada gol, de cada título que obtiene su ídolo. Hoy sacó (una vez más) chapa de crack. Sin dudas, para el pueblo de Independiente, Agüero es el Orgullo Nacional.
