Independiente no sólo perdió puntos y la clasificación a la Copa Libertadores del 2020, sino que aún no pudo recuperar el Compromiso, Actitud, Intensidad que lo distinguió del resto.
Desde la obtención de la Copa Sudamericana 2017 el juego de Independiente fue claramente de mayor a menor, pendiente de las partidas de grandes figuras del plantel. Cómo lo fueron Ezequiel Barco, Nicolás Tagliafico, Diego Rodríguez, Fernando Amorebieta, Maximiliano Meza y Emmanuel Gigliotti -entre otros-.
Semestre a semestre el equipo sufrió una decadencia tanto en lo colectivo e individual; adentro del campo de juego y afuera también. Su contundencia y su actitud fueron reemplazadas por el flojo nivel que demuestra partido tras partido. Además de estos problemas que presenta Independiente, muchos son los hinchas que de a poco fueron perdiendo el sentido de identificación con los jugadores y la confianza hacia el entrenador.
Errores y detalles negativos adentro de la cancha han dañado a nivel micro; pero decisiones del cuerpo técnico y la dirigencia han dañado a nivel macro. Un conjunto de fallas han puesto en jaque a lo que era el mejor equipo de la década.
La pobre campaña en la Superliga podría hasta dejarlo afuera de la Copa Sudamérica 2020. Sin embargo, no es el único camino para ingresar a un certamen internacional y a eso apunta el DT; ya que si obtiene la Copa Argentina, la Copa de la Superliga o la Sudamericana actual podría jugar el torneo más importante de América.
Aún se puede recuperar todo, el capitán del barco debe repensar introspectivamente, reflexionar y tomar el timón más fuerte. Independiente se puede reconstruir, puede volver el Compromiso, Actitud, Intensidad, pero volviendo a las bases del éxito y dejando de lado los egoísmos.
