Le achacaban que se escondía en las difíciles. Que era utópico pensar que podría llevar de su mano al Rojo a lograr una victoria ante Boca. Le reclamaban un protagónico, pero ya no en películas de bajo costo; debía tratarse de una millonaria producción hollywoodense. Y Montenegro respondió con una actuación consagratoria en un partido pesado, de esos que quedan grabados en la cabeza y en el corazón.
El capitán no disimulaba su alegría esta mañana ante la prensa: “Lo de ayer se disfruta mucho. Es difícil ganar dos clásicos en quince días. Lo que tenemos que hacer ahora es lograr regularidad y no perder la memoria”.
La figura del fin de semana se sacó la espina de poder vencer a Boca con la camiseta roja, y luego habló de la joya del derby: “Fue una linda jugada, lo ví venir (a Vargas) y le tiré el caño; pensé que tenía las piernas menos abiertas. Es uno de los goles más lindos que hice en mi carrera. Por suerte sirvió para que el equipo encuentre el rumbo y gane en tranquilidad; si seguimos así, podemos pelear”, señaló el tatuado 10 rojo.
Para los que aún dudaban del mejor jugador del plantel, el mismo Rolfi se encargó de demostrar que, a las escondidas, jugaba sólo cuando era chico…
Maxi Carloni para Infiernorojo.com