En la época del duende de poco pelo y sin pinta de jugador de fútbol era todo más fácil. Uno solamente tenia que ir, cantar hijos nuestros y esperar que en algún momento frote la lámpara y tuerza la balanza a nuestro favor.
Pero la cosa se dio vuelta y ya no sólo no les cantamos eso, sino que desde aquel Bilardo vs. Menotti, el del gol de “Panchito” Guerrero, no nos vamos contentos y con los tres puntos para Avellaneda.
Estamos enfrentando un momento difícil, en el cual, que se entienda bien, al técnico y a los jugadores les reprochamos no los resultados en sí (que obviamente no son los peores, pero distan mucho de ser buenos), sino la forma de obtenerlos, que no coincide con la que pregona Borghi y nos gusta a los hinchas.
Este trascendental partido puede hundirnos en el desconcierto, o hacernos sumergir. Lógicamente no sabemos lo que va a ocurrir, pero sí lo que tenemos que hacer. No quiero levantarme el lunes pensando que hubiera pasado si…., ni tener la sensación de haber podido hacer algo más.
Por eso, a los jugadores y al cuerpo técnico les pido que demos nuestro mejor golpe. Mostremos todo lo que tenemos y dejemos todo, si nos tienen que ganar, que sea porque tienen mejor equipo, pero que lo tengan que demostrar.
No sabemos si nos va a alcanzar con eso, ni con qué humor nos levantaremos el lunes. Lo que es seguro es que volveremos tranquilos para Avellaneda. Ya no tenemos más al Bocha, y nosotros daríamos cualquier cosa para poder estar ahí. Ustedes muchachos tienen la posibilidad de jugar el domingo para darnos, y darse, una alegría. Aprovéchenla.
Javier Brizuela para Infiernorojo.
