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Primera fecha, de reojo

pelota

El arranque del torneo mostró a Estudiantes calibrado y muy fino para superar al trote el compromiso ante Arsenal. Con el debut de Orión, firme atrás, la batuta de Verón y un implacable Boselli, sobresalió la gran tarea de Sosa, en la que parece una de las mejores incorporaciones del verano.

A River se le terminó su veranito antes que a los demás. Tuvo enfrente al incómodo campeón, que igual que en los partidos decisivos del torneo anterior, te aguanta, te desgasta y te liquida en el tramo final del partido. Ya sin Silva, igual jugó a lo mismo: pelota bien cuidada, buenos pies por las bandas, exquisitez en Erviti (aunque a veces se pase de vivo con firuletes innecesarios propios de un chico) y/o pelotazo a cargar (ahora, a Ramírez). El 9 lleva más de medio año con el arco tapiado, pero pivoteó bárbaro y peinó mil y una para el incansable Fernández.

River se sigue pareciendo a su última versión, a pesar de su defensa nueva y la forzada confianza depositada en los pibes de arriba. Terminó tirándole mil y un centros a Ferrero (que fue de 9, con la lanza) y a Canales (que viene de romperla en una liga en la que Darío Bottinelli es Dios y Damián Díaz, el Espíritu Santo).

Racing, siguiendo el repaso de los Millonarios, sumó 3 puntos de oro ante un rival directo en la lucha por no descender otra vez.
Su sorprendente política de compras resonantes parece no llamar la atención de los medios, pero lo cierto es que hace 6 meses a Caruso Lombardi le hicieron las compras en La Salada y ahora a Vivas, en la Avenida Alvear. Raro. Tanta liquidez. Enfrente estaba Rosario Central, que si bien trajo a Figueroa (¿para cuándo?), perdió como en la guerra con la danza de los pases al quedarse sin Méndez y Castillejos. Así y todo se las arreglaron para ejercer el control del partido durante la primera media hora, en la que dilapidaron goles de todos los colores; luego de los 2 mazazos, los pibes perdieron la brújula y se convirtió en un trámite.

Boca perdió  2 puntos en la última bola de la noche. Todos los ojos estaban puestos en el debut de Alves como DT , quien se fue a marzo con los cambios. Primero sacó a Gaitán, el más peligroso, por Rosada a 10 del cierre, queriendo bajar la persiana, pero enseguida llegó el 1-1. Y luego del 2-1 de Riquelme, sobre la hora, reemplazó a Palermo por Viatri. Justo Palermo, quien va siempre libre a la pelota en las aéreas, ya no estaba en cancha cuando Sabia en el salto le ganó a tres (!!!!) rivales y la bajó para la entrada del Chuco Sosa.

Dos cabezazos idénticos para la victoria de Chacarita en el clásico
y principio de úlcera para Caruso, DT de un Tigre que se parece mucho al de los míseros 8 puntos del Apertura pasado.

Sessa hizo de las suyas en la “finalísima” que se jugó en Mendoza: blooper sobre el cierre para que Godoy Cruz asome la cabeza ante un Gimnasia que se mostró amarrete en el debut de Cocca como entrenador. ¿A quién hizo callar Higuaín con su gestito de “Shhh”? ¿A su propia gente? ¿No aprendió nada este muchacho?

Buen arranque de San Lorenzo en la siempre complicada visita a Tucumán. Corre, mete, corre de nuevo, juega poco, corre más todavía. Duelen un poco los ojos, sí, pero Simeone así ya sacó campeón a River.

Vélez está  para pelear en los dos frentes; y si encima Silva sigue de racha (más allá de su penal a la pileta del club), será de temer. En un descuido, el Colón muletto del Turco, otro que sabe a qué juega, se llevó un gran punto de Liniers.

A Huracán le pasan todas. Ganaba tranquilo, sorprendía a Lanús, y ¡hasta Machín había marcado un gol! Pero en una ráfaga, triple sobre la chicharra y que Rivoira putee más que Cappa…

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