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¡¿Qué digo gol?! ¡¡¡Recontra golazo!!!

Soñé con este día, lo pedí a gritos y nunca llegaba. Me quejé una y mil veces del juego de Guillermo Rodríguez. Aseguré nunca aceptarlo por no compartir nada futbolísticamente hablando. Siempre sentí que entre él y yo, había preconceptos tan distantes que eran -lo son- irreconciliables.
 
No me gusta ni nunca me va a gustar pero aquellos que me siguen, saben que aseguré que el día que juegue bien lo iba a remarcar con bombos y platillos. Y por fin, ese día llegó: Rodríguez hizo lo que tenía que hacer con constancia durante todo un partido. Sí, sí… ¡Aunque usted no lo crea!: Rodríguez jugó bien.

Hecha la aclaración paso a describir las “sensaciones” de la cuarta fecha del torneo Clausura 2008. Ganamos. No lucimos pero logramos un objetivo bien claro que es llevarnos los tres puntos. Teniendo en cuenta mis ideales -jugando bien los buenos resultados llegan- me asusta haber ganado de esta manera. Pero destaco algunas elecciones de Pedro Troglio a quien llegué a considerar un poco cabeza dura a la hora de las decisiones. A la ausencia de Matheu por su expulsión hubo un cambio obligado. De todas maneras, Carlitos de lateral no me gusta así es que no siento que su ausencia se haya notado tanto como si viniera desempeñándose de central. Lo llamativo y agradable fue la buena actuación de Rodríguez y de la defensa en general. Pesimismo de lado, debo reconocer que Argentinos fue incomprensiblemente anti-ofensivo. No llegó al arco y no tuvo ningún momento descollante. Si bien Assman sacó un par de pelotas en el primer tiempo, dio la sensación que el Uno Rojo, no transpiró no por falta de agallas sino por ausencia de ataques del rival.

Hay que remarcar algo a lo que, gratamente, me estoy acostumbrando: el apoyo de la gente. La hinchada acompañó desde el arranque y eso siempre suma, no gana partidos pero colabora con el ánimo del equipo, nadie me lo quita de la cabeza.

Volvió Grisales, ese que cuando debutó nos gustó tanto que padecimos casi como propios sus cólicos renales y, por ende, su ausencia. Duró poco de enganche pero así comenzó, acompañando a un Rolfi encendido y bien, pero bien arriba. Digo que Totono duró poco porque a los minutos del inicio pasó de enganche a doble cinco. Y el Rolfi con esa velocidad física y mental que me enamora. Piensa distinto, es rápido y cuando está iluminado cambia la historia. Alta velocidad en su juego y un Denis que esperó que su proveedor lo sirva. De esa manera gol del Tanque y el abrazo esperado por todos: abrazo de gol para Pedro y un apoyo fiel y reconocido.

Mientras tanto el equipo de Gorosito que realmente no complicó. Decía al principio que Pedrito hizo cambios que me generaron un guiño cómplice. Si bien Fredes para mí tiene que estar desde el inicio y contra el Bicho empezó en el banco de suplentes, el entrenador decidió darle una nueva oportunidad y lo mismo con Calello. Entraron en onda y la cosa fue quedando del lado rojo.

Ya con la roja a Ortigoza la cosa quedó sentenciada. Porque a la ausencia de un jugador -a veces se arma mejor el equipo pero esta vez no- y la velocidad del Rolfi la cosa fue nuestra, netamente nuestra. Y llegó su gol… golazo. Merecido por todo lo que el Rolfi hizo en el campo de juego y por las ganas que siempre pone para que las cosas salgan por el camino esperado. Abrazo de gol repetido y el apoyo incondicional de los 11 a Pedro. Abrazo extensivo del plantel a las almas rojas presentes y el hit esperado sonando en la tribuna: “El domingo cueste lo que cueste, el domingo tenemos que ganar…”. ¿Quién juega el domingo? Independiente visita, en la bombonera, por la 5° fecha del Clausura a Boca y con una sola meta: traerse los tres puntos para Avellaneda.

Por Débora D’Amato para InfiernoRojo.com

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