¡¡¡Qué lindo que es el fútbol!!! ¡¡¡Qué lindo que es ser hincha de Independiente!!! La noche del 28 de octubre de 2009 va a quedar en la retina y en el alma de todos aquellos que sentimos amor por estos colores. Volver a casa significa más que tener un lugar físico donde hacer rodar la pelota. Volver a casa significa volver a sentir la historia que se vivió en la vieja pero adorada Doble Visera de Cemento, significa recuperar identidad, significa hacerse fuerte ante el rival y hacerles sentir quién manda en casa. Volver a casa es maravilloso pero volver a esta casa en particular, además, es sentir orgullo. Es cierto que falta y bastante pero este inicio es maravilloso. Los jugadores lo sintieron porque entrar con la cara de los fanáticos en su pecho, con las Copas que hicieron grande a este equipo, con los 35 mil almas y gargantas rojas que se encargaron de gritar y alentar no es moco de pavo. Estar en casa pesa pero no como un karma sino como un alivio.
Independiente jugó con Colón y ganó merecidamente. Independiente va recuperando, de a poco, la memoria. Piatti, sin estar al 100% marca diferencia. Silvera, sin estar al 100% se siente querido y responde con buen fútbol, esfuerzo para rendir adelante y colaborar atrás. Gabbarini se va haciendo fuerte en su lugar y la defensa va encontrando el rumbo. Le falta, claro. A Independiente en general le falta pero las falencias futbolísticas las cubre con actitud y eso cuenta. Ya va a encontrar el equilibrio, no tengo dudas. Le falta sostener lo bueno que se hace cuando tiene la pelota y le falta un poco de nafta para evitar el descuento de los rivales cuando marca buena diferencia. Contra Colón se jugó bien, se fue superior. Laverni expulsó mal a Fuertes porque más allá de que el Bichi tiene sus broncas con los del rojo no se caracteriza por ser un jugador con malas intenciones, no es de esos.
Lo cierto es que estamos en el pelotón de arriba, con sueños de mejorar las cosas y con expectativas a futuro. No hay que quedarse en las emociones del 28. Hay que ser ambiciosos y hay que tomarlo como el puntapié inicial para una nueva era, la era propia, la era de la presencia. Independiente va recuperando terreno y el Tolo tiene mucho que ver con eso. La actitud de los jugadores tiene que ver con el entrenador. Cuando en su momento decidió armar una lista de prescindibles muchos pusieron el grito en el cielo: hinchas y periodistas. Hoy, esa lista fue tan necesaria como correcta. Inclusive cuando el Tolo indultó a Mareque y compañía, dio una señal de grandeza, reconociendo que quizás se había equivocado y dando marcha atrás con la decisión. ¿Ejemplo contrario de testarudez? Julio Grondona y su capricho de no darle la derecha a Maradona con el cuerpo técnico que precisa sólo porque tiene un problema personal con Ruggeri. Después discutimos si el más fracasado de los entrenadores (Ruggeri) es capaz, pero lo cierto es que Diego lo quiere en su cuerpo técnico y como sea, es el entrenador de la Selección Nacional y tiene derecho a armar su equipo como le plazca. Volviendo a Independiente, la actitud de este equipo suma. Hay que trabajar en sostener lo bueno que se hace y eliminar lo malo. Hay que sostener los últimos minutos para no padecer ni sufrir.
Un pequeño capítulo para los vecinos. Intentaron opacar la fiesta. Por un lado, pretendían opacar semejante momento con la llegada de Lothar, que, según el propio presidente Molina, les permitía recuperar prestigio internacional (¿?). Anunciaron con bombos y platillos el arreglo, no se hicieron cargo del desplante del alemán y luego de la noticia en sí, dijeron que fueron ellos quienes decidieron dar marcha atrás. Los hinchas decidieron “manchar” la fiesta pintando de celeste parte de la tribuna y parte de la sede. Un papelón constante que marca las grandes diferencias entre un equipo grande de Avellaneda y otro que la envidia lo persigue y las malas decisiones lo tienen en donde están: al borde del descenso directo, sin entrenador (porque Barbas lo es pero parece que los dirigentes no lo saben) y con jugadores convocados por un hombre que se la jugó al traerlos, que propuso un invento y que ante la primera de cambio se bajó del barco pese a que los jugadores, los dirigentes y la gente le pidieron que siga al frente. Ricardo Caruso Lombardi tiene que ver con esta realidad pero no se hizo cargo de su responsabilidad y dio un paso al costado. Realidades opuestas y no es que Independiente sea el Manchester United, sólo es un equipo que intenta hacer bien las cosas y se hace cargo de lo bueno y lo malo poniendo actitud ante los malos momentos. El clásico más desparejo del fútbol mundial señores está en Argentina, más precisamente en Avellaneda y reitero lo que me hizo iniciar este texto: ¡¡¡Qué lindo que es el fútbol!!! ¡¡¡Qué lindo que es ser hincha de Independiente!!!
Por Débora D´Amato para InfiernoRojo.com
