De la mano de Ariel Holan y un plantel que se sintió identificado con el club, Independiente tiene una oportunidad única de volver a una final internacional. ¡#LoDamosVuelta y a recuperar la identidad!
Cuando Ariel Holan asumió la dirección técnica del club, era impensado que Independiente iba a volver a ser protagonista de un certamen internacional y tener la gran chance de jugar una final de Copa. Pero esto llegó por la idea de un DT y su grupo de jugadores con la ambición de lograr grandes objetivos y jamás bajar los brazos.
El primero de los pasos y, quizá el más difícil, fue amigar al equipo con la gente, una relación que estaba totalmente rota desde hace tiempo. Ya en el primer partido del entrenador se vio algo de eso. El Rojo empató sin goles ante San Martín de San Juan y se fue lleno de aplausos por la imagen que había dejado. Se olía que ese era el camino.
Ya con una idea clara, el Profesor se puso objetivos en su primer semestre: llegar a la Copa Libertadores. Después de un segundo tramo de campeonato muy bueno, el Rey de Copas no pudo superar a Lanús en Avellaneda y quedó en la puerta del objetivo. Pese a esto, los rojos se fueron nuevamente aprobados por su público.
Con un semestre encima, junto a un discutible mercado de pases, Holan se propuso ganar la Copa Sudamericana, para sellar con un logro el gran trabajo que le devolvió la ilusión a los fanáticos. Hoy Independiente se encuentra en semifinales, después de siete años donde pasó de todo. Es el momento de dar vuelta de página y volver a ser, de rehacer la historia a base de resultados y del estilo que se contruye día a día. ¡Es hoy, Rojo!
