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Regalar patrimonio

Cuando el micrófono se enciende, el hermetismo se apodera de las palabras. Si uno se guía por esos discursos, todo está bajo control. Todo por resolverse en un futuro no muy lejano. El club no va a salir perdiendo. Las negociaciones llegarán a buen puerto. Pero…

La noticia de que Hernán Fredes tiene casi los dos pies fuera de Independiente empieza a encender la alarma. No porque no pueda irse como cualquier otro jugador. Reconocido por él mismo, ha generado durante todos estos años que lleva en el club, amores y odios. Gente que se ha fanatizado por sus gambetas y su pausa; y gente que no lo puede ni ver en figuritas.

El tema pasa porque Independiente ha formado un futbolista desde chico, lo ha visto desfilar por todas las divisiones inferiores, ha invertido una gran cantidad de dinero durante todos estos años, y hoy, se va de la institución sin recibir un solo peso por su traspaso.  E Independiente no está ni por asomo en condiciones de resignar capital. Se han dormido en los laureles. Durante la semana, en Infierno Rojo Radio, uno de sus representantes fue muy claro con la situación: “Nos llamaron y nos juntamos después del clásico con Racing. Y no nos llamaron nunca más…”. Queda evidenciado, que intenciones no hubo.

 Y es cierto que no ha sido un jugador regular durante su carrera. Ha tenido épocas buenas y otras tantas, malas. No es ese jugador que algún desorientado cotizó a 10 millones de dólares pero tampoco es éste, que otros dejarán en libertad de acción por pensar como hinchas y no como dirigentes que manejan los destinos de un club en crisis que necesita el dinero como agua. Porque insisto, futbolísticamente puede gustar o no, pero hoy la única manera económica para subsistir de los clubes es con la venta de jugadores. Y hace años que Independiente no puede vender en cifras suculentas como para tomar una bocanada de aire en sus arcas.

Ya es tarde. Porque este caso tendría que haber sido resuelto hace unos cuantos meses. Y  no ahora, donde con la nueva legislación los jugadores a los que les quedan 6 meses de contrato tienen derecho a negociar un nuevo vínculo con otra institución. Económicamente, el club tiene todas las de perder. Lo más preocupante es que este será el primero de los casos. Adrián Gabbarini y Fernando Godoy seguramente terminen corriendo la misma suerte. Galeano también está en la misma situación. Tal vez alguien reaccione y trate de impedir que Independiente siga perdiendo capital. Ya que está claro que, en lo financiero, no le sobra nada.

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