Independiente la pasaba mal contra Estudiantes pero igualmente se llevaba un punto de oro de Quilmes, hasta que a dos minutos del final, Juan Manuel Díaz encontró un rebote en el área y le dio la victoria por 2-1 a los de La Plata, cortando una racha de dos victorias seguidas del equipo de Américo Gallego.
Más allá de la bronca que genera perder dos puntos a tan poco del final, Independiente fue superado durante todo el partido por un rival armado, que sabe a qué juega, en el primer tiempo por la jerarquía infinita de Juan Sebastián Verón y en el complemento por el retraso en el campo del equipo rojo.
La historia comenzó torcida. Tres minutos se habían jugado apenas y Mauro Boselli, de media vuelta, capitalizó un quedo en la línea de fondo roja y puso el 1-0. Afortunadamente para los del Tolo, Darío Gandín consiguió la igualdad arrojándose de palomita tras un tiro de esquina apenas 8 minutos más tarde.
Ese fue el mejor pasaje de Independiente en todo el encuentro, cuando mostró las ganas del Chipi, la movilidad de Walter Busse y no mucho más. Entre Juan Sebastián Verón y Rodrigo Braña se comieron a Walter Acevedo, Fernando Godoy quiso pero no pudo y a Patricio Rodríguez no le salió una. ¿Andrés Silvera? Muy solo arriba.
La línea de fondo alternó buenas y malas, aunque más de las segundas, y cada pelotazo desde el fondo pincha fue un constante riesgo para Hilario Navarro, que hizo lo que pudo hasta que se lesionó feo en un choque con Leonel Galeano. Y si Carlos Matheu llegó tarde a varias…
Lo de la segunda etapa fue muy pobre, más aún que lo del primero, y sobre todo cauteloso. Lucas Mareque y Luciano Vella estuvieron contenidos, Busse no gravitó adelante y el tándem Acevedo-Godoy se metió bien atrás. ¿Resultado? Estudiantes manejó todo a su ritmo, dispuso de campo y balón, e intentó hasta el final, cuando encontró su merecido premio.
Esta vez no hubo milagro con Martín Gómez y la vuelta de Federico Mancuello no solucionó las carencias de un equipo que se dejó llevar por delante, que cedió la iniciativa y que dejó una muy mala impresión. Otra vez a trabajar, que ahora se viene nada menos que Vélez…
EL GOL Y LA HINCHADA
