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Si te he visto, no me acuerdo

Se va Víctor Zapata. Está bien que así sea. Su llegada a Independiente no había sido prolija. La firma de su contrato se dilató unos cuantos días desde que se acordó la incorporación y hasta en algún momento pareció caerse. Tal es así que el día que rubricó el vínculo con el club, el plantel que por entonces comandaba Cristian Díaz ya estaba en Tandil transitando los primeros días de pretemporada. Viajó a Tandil y se hizo la revisión médica con el contrato ya firmado. Ese fue otro gran error. Con los antecedentes clínicos que posee, lo primero que tendrían que haber determinado era hacerle un exhaustivo control.

Cristian Díaz lo quería. Veía en Zapata un técnico dentro de la cancha.  Alguien que le podía dar ese salto de jerarquía que le faltaba al mediocampo de Independiente. Pero Cristian Díaz duró cuatro fechas en las que el jugador solo disputó la primera ante Newell´s. Luego padeció una lesión, como la gran mayoría de los refuerzos que no hicieron una pretemporada completa.

Ya con Gallego en el cargo, Zapata no estuvo en su presentación en Mendoza y sí fue titular en la fecha siguiente frente a Quilmes. Una semana después, se produjo el primer cortocircuito con el Tolo. En vísperas al clásico frente a Boca, el entrenador declaró que lo tenía desvelado la situación del ex hombre de Vélez y River ya que si bien había estado en la primer práctica de fútbol, no lo terminaba de convencer. Y hasta se mostró a gusto con el “pedido” del jugador de hacer una mini-pretemporada para ponerse a punto desde lo físico. Algo que el propio Zapata nunca reconoció haber solicitado.

Después de aquel episodio, Zapata jugo bastante. En un nivel pobre, en sintonía a la performance del equipo. Sin embargo, luego del empate frente a San Martín por la fecha 14, a Gallego hubo otra actitud del futbolista que no le agradó. Y si bien fue titular en la fecha siguiente frente a Belgrano y posteriormente en La Plata frente a Estudiantes, en la previa al derby ante River se produjo el quiebre definitivo en la relación.

En el mundo Independiente se sabía por lo bajo que no iba a vestir más la camiseta roja. Por más que su contrato marcaba su finalización dentro de un año y medio, era cosa juzgada. Aquellos que conocen el día a día de Villa Domínico sabían que la relación con Gallego no iba a retornar fácilmente. Y esa ligazón termino de quebrarse una semana después cuando el Tolo decidió concentrarlo para el partido vs. San Lorenzo y el jugador acusó una molestia física en el entrenamiento. Por más que públicamente lo nieguen, pocos fueron los que creyeron ese argumento. Y Zapata ni siquiera fue al hotel.

El final de la corta estadía de Víctor Zapata en el club ya está decretado. Una incorporación que arrancó con el pie izquierdo y que terminó de la misma manera.  Le costó demasiado caro a la institución un jugador que demostró poco compromiso por la camiseta y por el mal momento futbolístico que atraviesa. Se va Zapata. Independiente no lo va a extrañar.

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