Sinceramente intenté, en reiteradas oportunidades, empezar a escribir sobre la actualidad de Independiente. El contexto futbolístico mequita ideas y no estoy hablando del pálido empate sin goles anteHuracán sino de la turbia realidad que abarca tanto al fútbol como al país. Veo las fotos y los videos de la tribuna de River y de labarbarie que se vivió previo al partido ante Arsenal en cancha deVélez, veo las repeticiones de la violencia desmedida de D’Elia ycompañía por los duros enfrentamientos del gobierno con la gente decampo y me quedo sin palabras. No es que mezclo peras con manzanaspero, ¿realmente es una cuestión de vida o muerte que mi equipo jueguemal? Honestamente no. Es cierto, a nadie le gusta que su equipo jueguemal pero si dejáramos la locura de lado y aceptáramos que se tratasólo de un partido de fútbol quizás las cosas se darían de otramanera. No fui convencida por ningún monje tibetano ni me convertí elsamaritana, simplemente traté de calmarme y de focalizar en el fútbolque nos toca vivir. Me dolió la salida de Pedro Troglio. Creo que eracapaz de revertir el mal momento que le tocaba vivir al equipo. Pudocon Germán Denis, pudo con Carlos Matheu, no pudo con otros pero enlíneas generales lo creí capaz de revertirlo. La decisión de supartida está tomada y si bien para mí es una pena, no hay quepatalear. Ahora está Miguel Angel Santoro, un hombre que asumeinterinamente por quinta vez, que tiene una estadística del 80% deempates. Un hombre que supo trabajar con los arqueros y que hizo untrabajo realmente excelente. Los Molina, Ustari, Assman, Gabbarini… enfin, es de los grandes que saben transmitir su excelencia. Ahora, letoca una vez más apagar el incendio ¿? Ese que le dijo adiós a Trogliopero que nos tiene en la pelea no del título pero sí de estar alláarriba.Sinceramente no creo que sea bueno destrozar con críticas a un equipoque hoy por hoy tiene limitaciones y que sufre la partida de suentrenador. No vale pegarles en estas circunstancias. Ojo, siemprequiero lo mejor, creo que Independiente tiene una historia que loavala y a la que los jugadores tienen que respetar pero, ¿saben qué?Es un simple partido de fútbol.Escuché por ahí inmensas críticas a los jugadores por haber ido alcumpleaños de Fabián Assman en Rumi. ¿Qué no tiene derecho a festejarsu cumpleaños? Sí es cierto, son profesionales e Independiente no estáen su mejor momento pero, ¿saben qué? Los jugadores son seres humanosque tienen vida y que tienen derecho a disfrutar así el equipo estéúltimo en la tabla de posiciones. No seamos más papistas que el Papa. No le busquemos la quinta pata al gato. Los jugadores de Independientequieren estar arriba en la tabla y si no se da, intentarán hacerlo enla próxima oportunidad porque el fútbol tiene eso: revanchapermanente. Hoy tenes el mejor equipo, mañana el peor, pasado unomediocre. Perdés espantosamente, ganas por goleada. Muchachos,aflojemos, la violencia que se está viviendo es de temer. El fútbolestá pasando uno de los peores momentos de su historia y hay vidas quecorren peligro. Las barras bravas son lacras que hacen negocio. No danla vida por los colores sino por el dinero que les generan esoscolores. Todos somos, en definitiva, responsables de nuestras palabras ynuestros hechos. No hay responsabilidad en los dichos, no hay voluntadpolítica de solucionar los hechos de delincuencia porque lo que hoypasa en el fútbol no son violentos, son lisa y llanamentedelincuentes. Aquellos dirigentes que brindan “privilegios” a losbarras son tan culpables como aquellos que matan en las canchas. Darle dinero, entradas o poder a los delincuentes es ser cuota partefundamental de la locura que estamos viviendo.La verdad, con todo lo que está pasando, con la violencia que nosrodea y la delincuencia que nos mata, no me sale más que sufrir. Quiero que el fútbol sea lo que fue cuando yo me enamoré de él y quedejemos de lado a la lacra. Quiero disfrutar de la tribuna, quierodiscutir de fútbol sin poner en juego mi vida. Quiero que mi equipogane y si no gana, criticarlo pero sin que eso sea una cuestión deestado. Independiente no está jugando bien, no está pasando su mejormomento pero debemos ser conscientes de las palabras que mencionamos yde lo que generamos con nuestros dichos.Me apena el presente que vivimos y no puedo dejar de pensar en esosintetizando que lo que vemos fecha tras fecha, es un simple, llano yliteral partido de fútbol.
Por: Débora D´Amato para InfiernoRojo.com Web: www.deboradamato.com.ar
