Fabián Assmann: no tuvo demasiado trabajo. Podría haber salido un poco más rápido a atorar a Calderón en el gol de Arsenal.
Carlos Matheu: autor de uno de los goles más gritados en Independiente en los últimos tiempos. Correcto en la marca. Lothar jugó con el corazón y la gente se lo retribuyó.
Leandro Gioda: alternó buenas y malas. Estuvo bien en la marca, pero impreciso con el balón en sus pies.
Guillermo Rodríguez: no cambió su versión 2008, es decir que fue de lo mejor. Marca, temperamento, tranquilidad para salir jugando. Una alegría enorme que se quede.
Lucas Mareque: siempre para adelante. Se mostró como permanente salida y se hizo cargo de varias pelotas paradas.
Gastón Machín: puso ganas, pero no entregó su mejor versión. Corrió bastante, aunque sin mucho sentido. Fue silbado cuando salió reemplazado.
Mariano Herrón: si bien no fue fundamental su trabajo, recuperó algunas pelotas y no se equivocó en los pases. Otro que recibió la reprobación del público.
Damián Ledesma: bien recuperando, flojo en la entrega de balones.
Hernán Fredes: muy flojo, también fue silbado por la gente cuando le tocó salir. El mediocampista, quien muchas veces ilusionó, terminó el torneo en un bajo nivel.
Germán Denis: en un partido especial para él, el de la despedida, puso todo, como siempre. Sin embargo, absorbido por la marca, tuvo que bajar demasiado para entrar en contacto con el balón y no tuvo chances claras.
Daniel Montenegro: no se lo quería perder. Pese a que podía haberse ido de vacaciones, Rolfi decidió seguir entrenando con el equipo para intentar jugar este partido y lo hizo, siendo además importante: jugó, hizo jugar y hasta pudo haber marcado. De a poco se fue apagando, pero cumplió.
Ismael Sosa: otra vez acelerado. Malos centros, malas decisiones, la pelota se le escapa de los pies.
Patricio Rodríguez: le dio frescura al equipo con su desfachatez.
Cristian Ledesma: el paraguayo, a quien Borghi ya avisó que tendrá en cuenta la próxima temporada, entró enchufado y armó la jugada que derivó en el gol de Matheu.