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Lunes 10/02/2020, 17:55:37
433 Posts - 43 Puntos
Escrito por El Turco de Lomas

Esta es mi última participación en el foro. Una despedida. Y la forma que encontré para desahogarme.

Les cuento que soy el primer hincha de Independiente, en una familia dominada por bosteros del lado paterno y rabiosos de Banfield por parte de mi madre. Me entró como un rayo a los seis años, cuando ví en la tele a un flaco rubio alto, con una camiseta hermosa, patear seco, elegante, como bailando. Más adelante supe que era Marangoni, a quien luego odié por su "traición" poco tiempo después. Pero volvamos a ese día. El día que descubrí a Independiente. Me dí vuelta y le pregunté a mi tío qué equipo era. Me respondió: "las gallinas coloradas, los rojos de Avellaneda". "Bueno, entonces soy una gallina colorada, tío. Quiero ser del Rojo". No voy a aburrirlos con las promesas y las amenazas de toda la familia. De mi viejo poniéndome una camiseta de piqué bostera y sacándome doscientas fotos... Fueron años intensos y agotadores.

Luego, a los nueve con Alfaro Moreno, el uruguayo Pereyra y el gran Bocha por supuesto, finalmente desistieron. Mi viejo entendió que era un amor de verdad y accedió a cambiarme regalos (cumpleaños, navidades, días del niño) por llevarme a la cancha a ver al Rojo. Como aquel día en Ferro, con Armenio...A los 14 ya iba solo. En el 94 viajé con un flete que iba a Mendoza, para un partido con Argentinos, que hacía de local en esa provincia. Tardé dos días en volver. Ese mismo año engañé todo el semestre a mi viejita, pidiéndole plata para los maestros particulares y yéndome a ver la Supercopa de noche, en días de semana. Por supuesto, me llevé todas las materias a marzo...Antes de eso, había vuelto caminando a Lomas, cumpliendo mi promesa el día que le ganamos 4 a 0 a Huracán. En lanús me afanaron todo. La camiseta y una virgen de un metro que había llevado a la cancha.Y así siguió mi vida hasta ayer. Secundario, facultad, laburo, hijos, esposas, divorcios, viajes. Siempre con Independiente en el alma. Mis dos varones, socios desde que nacieron, por supuesto. Se fue mi viejo al cielo, con su único hijo interrumpiendo su legado bostero. Se fueron amigos, vinieron otros, los hijos crecieron y fue hermoso compartir con ellos esta locura. Hasta ayer.Nos fuimos al descenso y sentí que se me rompía el alma. Pero me lo banqué. Lloramos en la cancha y nos fuimos pensando en que íbamos a volver pronto. Nos bancamos perder con equipos que ni siquiera conocía, sufrir en un desempate en La Plata, un día laborable. Pasar años eternos sin ganar un puto campeonato. Y hasta que nos tiraran abajo la cancha. Hacer de local en lanús, en racing, que nos golee lanús,que nos golee banfield, que nos gane cualquiera...En este momento, estoy de vacaciones en Brasil. Ayer nos costó mucho encontrar un lugar donde ver el partido. Tal vez era una premonición de lo que vendría. Cuando encontré a mis hijos llorando, entendí todo con una claridad insoportable. Se terminó.

Tengo 40 años, 34 como hincha y hoy me libero para siempre de esto.No pretendo que lo entiendan. Sufrir con jugadores millonarios que van para atrás por una deuda, por dirigentes chorros y analfabetos... Si desde que soy pendejo que en la cancha se hablaba de la voracidad de Moyano por poner un pie en club. Incluso hasta se llegó a asociar con Barrionuevo para entrar. Pero los socios se lo impedíamos. Hasta que nos fuimos a la B...Bueno, hoy decidí que dejo de ser socio. Pero no solo eso: voy a hacer todo lo que pueda para que mi cabeza y mi corazón se olviden de Independiente. No quiero sufrir más. Pero tampoco voy a festejar si algún día volvemos a estar bien. Lo justo es justo. Quiero que mis alegrías y mis tristezas sean reales. Que el fútbol no me desordene la vida nunca más.Chau Rojo, creo que te voy a amar para siempre. Pero como dice el gallego, ya no puedo seguirte en tu viaje. No me quiero morir de tristeza. Te abandono en defensa propia. Que tengas una buena vida y que algún día vuelvas a ser como ese rayo mágico que me atravesó el corazón a los seis años.