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CREAR TEMA

Domingo 26/04/2020, 12:55:39
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Yo no creo en todas esas conspiraciones porque no me consta nada. Pero sí quiero decir que los poderosos no necesitan controlar a las personas como zombies para ejercer su dominación, sino que les basta con apelar a la propia maldad humana. El egoísmo, el odio, la falta de caridad, etc., hacen que a muchos no les importe escalar pisando a otros, en busca de riquezas materiales y temporales, creyendo tontamente que uno se define por lo que posee. Peor aun, algunos corren detrás del dinero por el dinero mismo, ya ni siquiera por la ambición de comprar cosas, sino porque lo entienden como una fuente de poder y prestigio. Pero están construyendo un castillo de naipes sobre la arena, y ante cualquier viento u oleada todo se va a derrumbar. Entonces no hay que temer a lo que puedan hacer otros mortales; más bien hay que temer de uno mismo, reconocer nuestras propias debilidades y vencer a nuestros propios demonios. Las personas que piensan que tienen un poder real en este mundo no dejan de ser esclavas de sus propias miserias; y seguramente deben ser muy infelices, más allá de las fortunas que manejen. Quien necesita acaparar tanto para sí mismo, en un mundo donde millones pasan hambre, no puede ser una persona íntegra con un espíritu saludable. Algunos recurren a la filantropía para calmar un poco sus conciencias, pero sólo aportan soluciones menores para problemas mayores que ellos mismos generan. En este mundo nadie es tan importante como para merecer ser multimillonario, ni tan insignificante como para merecer morir de hambre. Incluso los grandes descubrimientos han sido producto del conocimiento adquirido y acumulado por la labor y las ideas de muchas personas a lo largo de la historia. Pero el ser humano tiende a mirar sus propios méritos sin fijarse en los méritos de los demás. Entonces no me hablen más de dominación mundial, porque ese dominio ya existe desde hace rato; pero no porque otros tengan poder, sino porque la gente obedece a su propia maldad. Cuando todos seamos menos materialistas y más caritativos con el prójimo, haciéndolo voluntariamente por amor y convicción, y no por la imposición de un sistema socio-económico, entonces nada podrán hacer los que pretenden adueñarse del mundo, porque se quedarán solos sin fieles sirvientes.