Jueves 06/02/2020, 11:34:21
PODER O CAOS, ASI SON ELLOS DESDE SIEMPRE
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En mayo de 2018, luego de que el Presidente Mauricio Macrianunciara que solicitaría financiamiento externo al FMI, bajo la consigna “la
Patria está en peligro”, grupos opositores radicalizados encabezados por el
kirchnerismo “La Patria está en peligro”, frase acuñada en los vaivenespolíticos del Imperio Romano, también tuvo su correlato por estas tierras
criollas, precisamente en los albores de nuestra Patria. Así lo destaca Gabriel
Di Meglio en su libro “1816 – La Trama de la Independencia”, cuando describe
que La Crónica Argentina, uno de los periódicos porteños de entonces, “se dedicó
a hostigar sistemáticamente la política del Directorio… Como vemos, otra vez la
historia de antes se refleja casi calcada en la cruda realidad argentina.No cabe duda que el término Patria, se entrelaza entoncescon patriotismo y nacionalismo. Tan así, que a lo largo de la historia han sido
esgrimidos por distintos actores para justificar su accionar, aunque ello fuera
contra la Patria misma.El termino Patria entendido a partir de la afirmación deRousseau “sólo tiene Patria quien vive en una nación libre, por lo que quien
posee la cualidad de la virtud no puede obrar mal. Ergo, no son los muros, ni
los hombres que hacen a la Patria. Son las leyes, los usos, las costumbres, el
gobierno, la Constitución y aquello que resulta de todo esto. La Patria se forma
en las relaciones entre el Estado y sus miembros; cuando esas relaciones
cambian o se disuelven, desaparece la Patria”. Concebida así, la Patria, no es
un lugar natural, sino un espacio donde se realiza el bien común en base a la
obediencia a las leyes.El patriotismo republicano pone como carácter distintivo delmismo el amor a la libertad política… a una libertad genérica no exclusiva. Por
su parte, una república es la expresión de un poderoso sentido de solidaridad
local contenida en una libertad universal bajo la ley, es decir, de espíritu
cívico”.La claridad de los conceptos descriptos nos permiteapreciar, nuevamente, trazando una suerte de paralelismo con nuestra realidad,
la falacia con la que muchas veces hemos escuchado a referentes políticos y sociales
llenarse la boca con la palabra “Patria”. Y ni hablar del sentido que le daban
los romanos a la expresión “la Patria está en peligro”, cuyo fin no era más que
el de justificar un golpe de Estado, un magnicidio, la instauración de una
dictadura, la abolición de las libertades individuales, etc., etc., etc.. Frase
que, traída a nuestro tiempo podría emparentarse, en algún modo, por ejemplo,
con acciones políticas de estilo fascistas.Aquel mes de mayo de 2018, el Presidente Mauricio Macrianunciaba que debido a “la implementación de una política económica gradualista
que buscaba equilibrar el vaciamiento que había dejado la gestión anterior, la
economía argentina dependía (y depende) mucho del financiamiento externo, por
lo que había decidido solicitar una línea de apoyo financiero al FMI”.Lo expuesto motivó severos cuestionamientos de parte delarco político opositor, principalmente aquel más radicalizado, representado por
el kirchnerismo, el sindicalismo, organizaciones piqueteras y sectores de
izquierda. Casualmente, la mayoría de ellas, hoy representadas en distintas
áreas del actual gobierno, el cual, al igual que la administración de
Cambiemos, también negocia con el FMI y busca acordar con los acreedores
extranjeros.Volviendo a mayo de 2018, luego del anuncio del PoderEjecutivo, bajo la consigna "la Patria está en peligro", con apoyo de
un sector de la Iglesia relacionado con el Papa Francisco, gran parte del arco
opositor, compuesto por agrupaciones gremiales, piqueteras, de derechos
humanos, políticas y multisectoriales, convocaron a un gran acto a realizarse
el 25 de mayo en “rechazo a las políticas de ajuste y los condicionamientos del
FMI”. ¡Sí, los mismos que se oponían a negociar con el FMI y convocaban a
marchar contra el gobierno!, hoy, no sólo forman parte de la administración
Fernández, sino que ahora son ellos los que no solo conciertan con el organismo
financiero internacional, sino que, además, permanecen llamativamente en
silencio ante la realidad de un Presidente que antes de asumir prometía que con
las Leliq, resolvía el aumento a los jubilados, llenaba las heladeras y ponía
plata en los bolsillos de los argentinos, lo único que ha hecho hasta ahora es
profundizar el ajuste, anular las paritarias, disponer aumentos mínimos por decreto,
devaluó la moneda un 30% y canceló la actualización de los haberes de los
jubilados. La diferencia la marcó la oposición de hoy, que no llamó a ninguna
protesta, sino, por el contrario, acompañó con su voto la ley impulsada por el
Poder Ejecutivo para poder llevar adelante las negociaciones.“La Patria está en peligro”, era el mensaje de miedo quehicieron correr a lo largo y ancho del país. Actores identificados con el
kirchnerismo como Pablo Echarri, Leonardo Sbaraglia, Gerardo Romano o Carolina
Papaleo; dirigentes sociales como Milagro Sala, de Derechos Humanos como Estela
de Carlotto; gremiales como Roberto Baradel o Pablo Moyano, hasta el amigo
íntimo del Papa y referente de la organización La Alameda, Gustavo Vera,
protagonizaron spots publicitarios propagando a diestra y siniestra el mensaje
de terror: “La Patria está en peligro”, repetían una y otra vez para justificar
el pretendido avasallamiento a las instituciones democráticas. Pero la Patria
no estaba en peligro porque la autoridad de turno buscaba financiamiento en el
FMI, caso contrario, hoy, que el nuevo gobierno, al que se sumaron todos estos
agoreros del apocalipsis, también negocia con el FMI, volvería a estar en
peligro, pero ninguno de ellos levanta su voz. Lo cierto es que, si la Patria
verdaderamente estuvo en peligro, fue por las acciones cuasi fascistas que
estos grupos llevaron a cabo contra la gestión de Cambiemos desde el primer día
en que asumió, potenciados luego por el pésimo manejo de la economía,
impulsando lo que algunos dieron en llamar “el club del helicóptero”.Aquel 25 de mayo de 2018, estos “camisas negras” depacotilla, bajo la consigna “la Patria está en peligro”, al igual que otrora en
las luchas palaciegas de Roma, y el canto destituyente de “Macri, ándate”,
entre otros, no hacían otra cosa que tratar de provocar la caída de un gobierno
constitucional legítimamente electo por el pueblo.En aquel acto, también repudiaron los aumentos de precios,el techo en las paritarias y el ajuste. Otra vez la casualidad emparenta los
tiempos, hoy, el gobierno de Fernández lleva adelante un ajuste más brutal que
el de Macri, intenta frenar las paritarias con aumentos por decreto y les quita
la movilidad de los haberes a los jubilados. Pero los “camisas negras” del fin
del mundo aplauden lo que antes repudiaban, claro, muchos de ellos o sus
parientes ahora son funcionarios públicos.Un medio periodístico afín a estos movimientos remarcaba que“era necesario marcarle el territorio a un presidente y a su gabinete”, en
claro editorial antidemocrático y antirrepublicano, azuzando al caos y al
piquete permanente. Algún turista extranjero de paso por Buenos Aires por esos
meses se preguntaba lo que muchos: “¿cómo se puede gobernar un país así?, ¿cómo
se puede vivir donde todos los benditos días los noticieros matutinos dan el
cronograma de cortes de calles como si fuera el pronóstico diario del tiempo?”
El medio se atrevió a ir más allá arengando: “de eso se trata justamente en
esta dolorosa actualidad que se vive en el país. De sublevarse contra un Estado
que ha puesto la Patria en peligro”, frase que se escuchó repetidamente y que
presidía el palco principal en el acto. Lisa y llanamente se estaba convocando
a voltear a un gobierno constitucional, pero nadie dijo nada y la justicia, una
vez más, faltó a la cita.Esta no era la primera vez ni sería la última que seincitaba y procuraba el caos contra el gobierno constitucional, en diciembre de
2017 otra manifestación intentó impedir que el Congreso Nacional sesione para
tratar el proyecto de ley de reforma jubilatoria. Los manifestantes, como ya lo
habían hecho una semana antes donde lograron su cometido, coparon la Plaza de
los Dos Congresos a fuerza de palos, piedras y bombas molotov. Lanzaron catorce
toneladas de piedras contra una fuerza policial que sólo se limitó a resistir
estoicamente bajo sus escudos, mientras en el seno del Palacio Legislativo
diputados de la oposición, en complicidad, se “solidarizaban” con los
manifestantes a quienes utilizaron de excusa para tratar de hacer caer la
sesión. El mundo del revés, la falacia de “la Patria está en peligro”.Los “camisas negras” de pacotilla son el verdadero peligro,lobos carroñeros que se sirven de la democracia para alcanzar sus objetivos
espurios, que buscan impunidad a como dé lugar, el relato falaz permanente,
viviendo a los pobres, callando por un cargo, son… los fascistas de siempre.Defender y sostener los valores democráticos, la República;obrar conforme las leyes que rigen el estado de derecho, respetar las
instituciones, bregar por una justicia independiente, impulsar el consenso.
Armas todas para sostener a la Patria… nuestra Patria, porque no importa quién
gobierne, pues los lobos fascistas siempre estarán dispuestos a mostrar sus
colmillos y a ir por la democracia si sus intereses se ven amenazados. El motor del voto en una degrada democracia como la nuestrareside más en el rechazo al otro antes que en la adhesión o el fervor popular
por los líderes. De ahí el carácter cada vez más circunstancial de los
consensos que prácticamente nunca logran la densidad de una nueva hegemonía.
Patria está en peligro”, grupos opositores radicalizados encabezados por el
kirchnerismo “La Patria está en peligro”, frase acuñada en los vaivenespolíticos del Imperio Romano, también tuvo su correlato por estas tierras
criollas, precisamente en los albores de nuestra Patria. Así lo destaca Gabriel
Di Meglio en su libro “1816 – La Trama de la Independencia”, cuando describe
que La Crónica Argentina, uno de los periódicos porteños de entonces, “se dedicó
a hostigar sistemáticamente la política del Directorio… Como vemos, otra vez la
historia de antes se refleja casi calcada en la cruda realidad argentina.No cabe duda que el término Patria, se entrelaza entoncescon patriotismo y nacionalismo. Tan así, que a lo largo de la historia han sido
esgrimidos por distintos actores para justificar su accionar, aunque ello fuera
contra la Patria misma.El termino Patria entendido a partir de la afirmación deRousseau “sólo tiene Patria quien vive en una nación libre, por lo que quien
posee la cualidad de la virtud no puede obrar mal. Ergo, no son los muros, ni
los hombres que hacen a la Patria. Son las leyes, los usos, las costumbres, el
gobierno, la Constitución y aquello que resulta de todo esto. La Patria se forma
en las relaciones entre el Estado y sus miembros; cuando esas relaciones
cambian o se disuelven, desaparece la Patria”. Concebida así, la Patria, no es
un lugar natural, sino un espacio donde se realiza el bien común en base a la
obediencia a las leyes.El patriotismo republicano pone como carácter distintivo delmismo el amor a la libertad política… a una libertad genérica no exclusiva. Por
su parte, una república es la expresión de un poderoso sentido de solidaridad
local contenida en una libertad universal bajo la ley, es decir, de espíritu
cívico”.La claridad de los conceptos descriptos nos permiteapreciar, nuevamente, trazando una suerte de paralelismo con nuestra realidad,
la falacia con la que muchas veces hemos escuchado a referentes políticos y sociales
llenarse la boca con la palabra “Patria”. Y ni hablar del sentido que le daban
los romanos a la expresión “la Patria está en peligro”, cuyo fin no era más que
el de justificar un golpe de Estado, un magnicidio, la instauración de una
dictadura, la abolición de las libertades individuales, etc., etc., etc.. Frase
que, traída a nuestro tiempo podría emparentarse, en algún modo, por ejemplo,
con acciones políticas de estilo fascistas.Aquel mes de mayo de 2018, el Presidente Mauricio Macrianunciaba que debido a “la implementación de una política económica gradualista
que buscaba equilibrar el vaciamiento que había dejado la gestión anterior, la
economía argentina dependía (y depende) mucho del financiamiento externo, por
lo que había decidido solicitar una línea de apoyo financiero al FMI”.Lo expuesto motivó severos cuestionamientos de parte delarco político opositor, principalmente aquel más radicalizado, representado por
el kirchnerismo, el sindicalismo, organizaciones piqueteras y sectores de
izquierda. Casualmente, la mayoría de ellas, hoy representadas en distintas
áreas del actual gobierno, el cual, al igual que la administración de
Cambiemos, también negocia con el FMI y busca acordar con los acreedores
extranjeros.Volviendo a mayo de 2018, luego del anuncio del PoderEjecutivo, bajo la consigna "la Patria está en peligro", con apoyo de
un sector de la Iglesia relacionado con el Papa Francisco, gran parte del arco
opositor, compuesto por agrupaciones gremiales, piqueteras, de derechos
humanos, políticas y multisectoriales, convocaron a un gran acto a realizarse
el 25 de mayo en “rechazo a las políticas de ajuste y los condicionamientos del
FMI”. ¡Sí, los mismos que se oponían a negociar con el FMI y convocaban a
marchar contra el gobierno!, hoy, no sólo forman parte de la administración
Fernández, sino que ahora son ellos los que no solo conciertan con el organismo
financiero internacional, sino que, además, permanecen llamativamente en
silencio ante la realidad de un Presidente que antes de asumir prometía que con
las Leliq, resolvía el aumento a los jubilados, llenaba las heladeras y ponía
plata en los bolsillos de los argentinos, lo único que ha hecho hasta ahora es
profundizar el ajuste, anular las paritarias, disponer aumentos mínimos por decreto,
devaluó la moneda un 30% y canceló la actualización de los haberes de los
jubilados. La diferencia la marcó la oposición de hoy, que no llamó a ninguna
protesta, sino, por el contrario, acompañó con su voto la ley impulsada por el
Poder Ejecutivo para poder llevar adelante las negociaciones.“La Patria está en peligro”, era el mensaje de miedo quehicieron correr a lo largo y ancho del país. Actores identificados con el
kirchnerismo como Pablo Echarri, Leonardo Sbaraglia, Gerardo Romano o Carolina
Papaleo; dirigentes sociales como Milagro Sala, de Derechos Humanos como Estela
de Carlotto; gremiales como Roberto Baradel o Pablo Moyano, hasta el amigo
íntimo del Papa y referente de la organización La Alameda, Gustavo Vera,
protagonizaron spots publicitarios propagando a diestra y siniestra el mensaje
de terror: “La Patria está en peligro”, repetían una y otra vez para justificar
el pretendido avasallamiento a las instituciones democráticas. Pero la Patria
no estaba en peligro porque la autoridad de turno buscaba financiamiento en el
FMI, caso contrario, hoy, que el nuevo gobierno, al que se sumaron todos estos
agoreros del apocalipsis, también negocia con el FMI, volvería a estar en
peligro, pero ninguno de ellos levanta su voz. Lo cierto es que, si la Patria
verdaderamente estuvo en peligro, fue por las acciones cuasi fascistas que
estos grupos llevaron a cabo contra la gestión de Cambiemos desde el primer día
en que asumió, potenciados luego por el pésimo manejo de la economía,
impulsando lo que algunos dieron en llamar “el club del helicóptero”.Aquel 25 de mayo de 2018, estos “camisas negras” depacotilla, bajo la consigna “la Patria está en peligro”, al igual que otrora en
las luchas palaciegas de Roma, y el canto destituyente de “Macri, ándate”,
entre otros, no hacían otra cosa que tratar de provocar la caída de un gobierno
constitucional legítimamente electo por el pueblo.En aquel acto, también repudiaron los aumentos de precios,el techo en las paritarias y el ajuste. Otra vez la casualidad emparenta los
tiempos, hoy, el gobierno de Fernández lleva adelante un ajuste más brutal que
el de Macri, intenta frenar las paritarias con aumentos por decreto y les quita
la movilidad de los haberes a los jubilados. Pero los “camisas negras” del fin
del mundo aplauden lo que antes repudiaban, claro, muchos de ellos o sus
parientes ahora son funcionarios públicos.Un medio periodístico afín a estos movimientos remarcaba que“era necesario marcarle el territorio a un presidente y a su gabinete”, en
claro editorial antidemocrático y antirrepublicano, azuzando al caos y al
piquete permanente. Algún turista extranjero de paso por Buenos Aires por esos
meses se preguntaba lo que muchos: “¿cómo se puede gobernar un país así?, ¿cómo
se puede vivir donde todos los benditos días los noticieros matutinos dan el
cronograma de cortes de calles como si fuera el pronóstico diario del tiempo?”
El medio se atrevió a ir más allá arengando: “de eso se trata justamente en
esta dolorosa actualidad que se vive en el país. De sublevarse contra un Estado
que ha puesto la Patria en peligro”, frase que se escuchó repetidamente y que
presidía el palco principal en el acto. Lisa y llanamente se estaba convocando
a voltear a un gobierno constitucional, pero nadie dijo nada y la justicia, una
vez más, faltó a la cita.Esta no era la primera vez ni sería la última que seincitaba y procuraba el caos contra el gobierno constitucional, en diciembre de
2017 otra manifestación intentó impedir que el Congreso Nacional sesione para
tratar el proyecto de ley de reforma jubilatoria. Los manifestantes, como ya lo
habían hecho una semana antes donde lograron su cometido, coparon la Plaza de
los Dos Congresos a fuerza de palos, piedras y bombas molotov. Lanzaron catorce
toneladas de piedras contra una fuerza policial que sólo se limitó a resistir
estoicamente bajo sus escudos, mientras en el seno del Palacio Legislativo
diputados de la oposición, en complicidad, se “solidarizaban” con los
manifestantes a quienes utilizaron de excusa para tratar de hacer caer la
sesión. El mundo del revés, la falacia de “la Patria está en peligro”.Los “camisas negras” de pacotilla son el verdadero peligro,lobos carroñeros que se sirven de la democracia para alcanzar sus objetivos
espurios, que buscan impunidad a como dé lugar, el relato falaz permanente,
viviendo a los pobres, callando por un cargo, son… los fascistas de siempre.Defender y sostener los valores democráticos, la República;obrar conforme las leyes que rigen el estado de derecho, respetar las
instituciones, bregar por una justicia independiente, impulsar el consenso.
Armas todas para sostener a la Patria… nuestra Patria, porque no importa quién
gobierne, pues los lobos fascistas siempre estarán dispuestos a mostrar sus
colmillos y a ir por la democracia si sus intereses se ven amenazados. El motor del voto en una degrada democracia como la nuestrareside más en el rechazo al otro antes que en la adhesión o el fervor popular
por los líderes. De ahí el carácter cada vez más circunstancial de los
consensos que prácticamente nunca logran la densidad de una nueva hegemonía.