Lunes 29/01/2018, 16:15:23
Para disfrutar...recordar!
- 0Seguidores
- 14Comentarios
- 3Me gusta
- 5107Vistas
Para los que hablan de la actual CD en forma despectiva...de lo poco que conocen de fútbol...de que son unos delincuentes...y montón de otras pelotudeces, les dejo un texto para que lean y recuerden...
...y disfruten este presente que tenemos, en buena parte, gracias a la CD actual...
Tras el descenso a la B Nacional, la dirigencia comandada por Javier Cantero decidió mantener en el cargo a Miguel Brindisi, quien no había podido torcer el destino del equipo luego del alejamiento de Américo Gallego. Con el club en crisis económica, los refuerzos a los que pudo acceder la dirigencia para encarar el Nacional no fueron los esperados. La CD apostó por Cristian Núñez, Martín Zapata, Reinaldo Alderete, Franco Razzotti, Matías Pisano, Cristian Menéndez, Sebastián Penco y Facundo Parra. Apenas Pisano, quien llegó de Chacarita, se mantuvo hasta el final del torneo como titular, mientras que Zapata alternó y Penco se ganó un lugar sobre el final. El arranque del torneo no fue el esperado. Derrota en la primera fecha en el Libertadores de América ante el humilde Brown de Adrogué (que terminó descendiendo) y luego empates ante Boca Unidos y Aldosivi, y una nueva derrota ante Atlético Tucumán, terminaron con la breve estadía de Brindisi en el banco del Rojo. En su lugar, apareció en escena Omar De Felippe, que venía con los ascensos conseguidos con Olimpo y Quilmes bajo el brazo.
El inicio del ciclo del nuevo DT no fue bueno -empate ante Independiente Rivadavia en Avellaneda- pero en la sexta fecha llegó la primera alegría: triunfo ante Huracán en Parque Patricios. A partir de allí, encadenó una racha tremenda para revertir el mal arranque y situarse en la pelea por el ascenso. En las 17 primeras fechas que dirigió De Felippe, desde que asumió en la quinta hasta el final de la primera rueda, cosechó diez victorias, seis empates y apenas una derrota, ante Almirante Brown.Una victoria en el inicio de la segunda vuelta ante Brown auguraba un camino más tranquilo para el Rojo. Para esperanzar aún más al hincha, la dirigencia hizo un esfuerzo y contrató a Federico Insúa, clave en el título de 2002, el último del Rojo en Primera. Pero Independiente se sumergió increíblemente en un bajón futbolístico del que le costó muchísimo levantarse.
De los siguientes ocho partidos, el Rojo empató cuatro y perdió cuatro.Mientras, el club era un caos a nivel dirigencial. Los empleados paraban por falta de pago, Cantero se peleaba con la barra y con la dirigencia opositora, los sueldos para los jugadores no aparecían y el club se sumía en una anarquía difícil de llevar adelante. Los hinchas, mientras tanto, ya no sabían con quién agarrársela. El único que parecía inmune a los insultos era el entrenador. En medio de tanto desorden, Cantero finalmente abandonó su cargo, presionado por una oposición comandada por Hugo Moyano, y el club quedó en manos, interinamente, de Claudio Keblaitis, exvicepresidente en la gestión de Cantero.Un triunfo por 3-0 ante Talleres parecía levantar nuevamente a Independiente, pero no pudo aprovechar el envión y empató los dos partidos siguientes hasta perder ante Crucero del Norte en la fecha 34. Increíblemente, y tras apenas un triunfo en 12 fechas, el Rojo seguía luchando el tercer puesto, el último que daba un cupo en Primera División. Con Banfield y Defensa y Justicia cortados y con el ascenso casi en el bolsillo, la lucha era entre Independiente, Crucero del Norte, Instituto y Huracán, que venía en remontada.Los de De Felippe llegaron a las fechas finales con chances pero a los tumbos, hasta que en la anteúltima jornada, y gracias a un triunfo vital en Córdoba ante Instituto, quedó dos puntos por encima de Huracán, el único que podía alcanzarlo en la última fecha. El Rojo, con todo a favor, no puedo con Patronato (0-0), el Globo le ganó a Almirante y hubo final. El resultado ya es conocido, y el Rojo finalmente volvió a Primera. Sufriendo, sí, pero vale igual el festejo tras un año caótico, institucional y futbolísticamente. ¿Será el punto de partida para el renacimiento? Independiente, sus hinchas y su historia, así lo esperan.
...y disfruten este presente que tenemos, en buena parte, gracias a la CD actual...
Tras el descenso a la B Nacional, la dirigencia comandada por Javier Cantero decidió mantener en el cargo a Miguel Brindisi, quien no había podido torcer el destino del equipo luego del alejamiento de Américo Gallego. Con el club en crisis económica, los refuerzos a los que pudo acceder la dirigencia para encarar el Nacional no fueron los esperados. La CD apostó por Cristian Núñez, Martín Zapata, Reinaldo Alderete, Franco Razzotti, Matías Pisano, Cristian Menéndez, Sebastián Penco y Facundo Parra. Apenas Pisano, quien llegó de Chacarita, se mantuvo hasta el final del torneo como titular, mientras que Zapata alternó y Penco se ganó un lugar sobre el final. El arranque del torneo no fue el esperado. Derrota en la primera fecha en el Libertadores de América ante el humilde Brown de Adrogué (que terminó descendiendo) y luego empates ante Boca Unidos y Aldosivi, y una nueva derrota ante Atlético Tucumán, terminaron con la breve estadía de Brindisi en el banco del Rojo. En su lugar, apareció en escena Omar De Felippe, que venía con los ascensos conseguidos con Olimpo y Quilmes bajo el brazo.
El inicio del ciclo del nuevo DT no fue bueno -empate ante Independiente Rivadavia en Avellaneda- pero en la sexta fecha llegó la primera alegría: triunfo ante Huracán en Parque Patricios. A partir de allí, encadenó una racha tremenda para revertir el mal arranque y situarse en la pelea por el ascenso. En las 17 primeras fechas que dirigió De Felippe, desde que asumió en la quinta hasta el final de la primera rueda, cosechó diez victorias, seis empates y apenas una derrota, ante Almirante Brown.Una victoria en el inicio de la segunda vuelta ante Brown auguraba un camino más tranquilo para el Rojo. Para esperanzar aún más al hincha, la dirigencia hizo un esfuerzo y contrató a Federico Insúa, clave en el título de 2002, el último del Rojo en Primera. Pero Independiente se sumergió increíblemente en un bajón futbolístico del que le costó muchísimo levantarse.
De los siguientes ocho partidos, el Rojo empató cuatro y perdió cuatro.Mientras, el club era un caos a nivel dirigencial. Los empleados paraban por falta de pago, Cantero se peleaba con la barra y con la dirigencia opositora, los sueldos para los jugadores no aparecían y el club se sumía en una anarquía difícil de llevar adelante. Los hinchas, mientras tanto, ya no sabían con quién agarrársela. El único que parecía inmune a los insultos era el entrenador. En medio de tanto desorden, Cantero finalmente abandonó su cargo, presionado por una oposición comandada por Hugo Moyano, y el club quedó en manos, interinamente, de Claudio Keblaitis, exvicepresidente en la gestión de Cantero.Un triunfo por 3-0 ante Talleres parecía levantar nuevamente a Independiente, pero no pudo aprovechar el envión y empató los dos partidos siguientes hasta perder ante Crucero del Norte en la fecha 34. Increíblemente, y tras apenas un triunfo en 12 fechas, el Rojo seguía luchando el tercer puesto, el último que daba un cupo en Primera División. Con Banfield y Defensa y Justicia cortados y con el ascenso casi en el bolsillo, la lucha era entre Independiente, Crucero del Norte, Instituto y Huracán, que venía en remontada.Los de De Felippe llegaron a las fechas finales con chances pero a los tumbos, hasta que en la anteúltima jornada, y gracias a un triunfo vital en Córdoba ante Instituto, quedó dos puntos por encima de Huracán, el único que podía alcanzarlo en la última fecha. El Rojo, con todo a favor, no puedo con Patronato (0-0), el Globo le ganó a Almirante y hubo final. El resultado ya es conocido, y el Rojo finalmente volvió a Primera. Sufriendo, sí, pero vale igual el festejo tras un año caótico, institucional y futbolísticamente. ¿Será el punto de partida para el renacimiento? Independiente, sus hinchas y su historia, así lo esperan.
No time for losers 'Cause we are the champions