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CREAR TEMA

Viernes 16/04/2021, 09:31:02
10331 Posts - 1324 Puntos
Escrito por tipocaliente

Escrito por danfish

Porque no tenes equipo, no tenes DT, no tenes dirigentes, de quien sos hincha ? Dame un motivo para que pueda comprender de que club sos...No me digas que vivís de lo que pasó hace 20 años, el tiempo pasa y cada vez tenes menos ganas de ver fútbol, tu honor no te permite cambiar de equipo. La espada y la pared, o te vas a otro equipo silbando bajito o te aguantas la depresión y ser infeliz....Que hacemos ? Seguimos jugando a sacar uno y poner otro, línea de 5 o línea de 4 ? Ese es el problema ? Sería muy fácil de arreglar... Te vas a enojar por lo que te digo ? Me vas a putear ? Será la impotencia del que no hace o no puede hacer nada? Te roban en la cara y en el último minuto para que te duela más, y la cana no te toma la denuncia...Estas arrodillado, impotente mejor pensar línea de 5 o línea de 4, hasta el próximo partido, y después de 90 minutos...lo de siempre.
Esto lo escribí mirando al espejo, porque me siento para el orto, porque nada cambia, porque es la mayor vergüenza después del descenso. Esto ya no es.
Me parece que sos hincha de un banderín

Yo soy hincha de un banderín.
Soy hincha de un banderín al cual que mi novia le puso lentejuelas
(de verdad, brilla como las ropas de las vedettes o de los travestis de
tacos altos y pollera corta), un banderín que dio alguna vuelta olímpica
y un día también se fue a la B.
Y más que de un banderín, soy hincha y amo a un muñequito con camiseta
de Independiente (disculpen, no puedo mandar las fotos) que me regaló una
hermosísima amiga (no me puedo acordar el nombre rubia, ojos verdes,
que ahora debe tener como 70 años) de la tía Angélica... Y que le prometí
que siempre lo iba a tener (ya aún lo tengo)...
Soy hincha de un banderín. Soy hincha de Independiente, pero ya no
creo "en el paladar rojo" ni en que "los hombres ganan partidos
y los hombres, campeonatos". Ya no creo en que la camiseta roja pesa...
Ya no creo que con fe podemos ganar...
Pero miro al rojo, y cuando no puedo verlo (voy en el auto, nada de música: juega Independiente...) escucho los partidos por radio o internet... ¡Y puteo como antes, como nunca, como siempre! ¡Y grito los goles, y me muerdo de rabia porque
somos horribles! Y después (no importa dónde haya estado, ni siquiera
si tuve la suerte de que fuera el día del año en que la puse) doy vueltas
en la cama y le digo al técnico (sí, como lo leen) porqué puso a Menéndez
otra vez y no pone a Herrera de entrada (y quizás lo ponen a Herrera
y no caza una goma...)
Y, sí: soy hincha de un banderín. Porque ya la cancha de Independiente
no es la caldera del Diablo donde clubes argentinos o extranjeros
ponían el cogote, resignados...
Porque nos fuimos al descenso haciendo lo mismo que llevó
al descenso a los otros grandes: llenar el club de jugadores viejos, rotos, mediocres.
Soy hincha de un banderín. Y no me curo, no aprendo más.
Pero esto sí lo tengo claro: no me toquen mi banderín. Yo, hombre calmo,
pacifista, respetuoso, culto, amable, comprensivo... Si me tocás el
banderín te mando a la concha de la puta madre que te parió.
Porque ser de Independiente es mi identidad. Soy hincha de un banderín,
pero es MI BANDERÍN.
Vivo bien, tengo una buena vida, paseo, disfruto, no me quejo para nada
y sería un mentiroso si lo hiciera, pero juega Independiente... Y lo demás,
que espere un par de horas... No digo que está bien, es un defecto que
asumo... Psicológicamente este amor irracional, este fanatismo lo puedo
explicar, fundamentar, a través de mis carencias: en la etapa formativa
de mi vida, lo único que tenía era que "el domingo ganaba Independiente"...
Y ahora no gana nunca, pero aún le agradezco aquellas únicas alegrías
que yo vivía... Y si algo he mantenido en mi vida es el ser agradecido.
Así que... Sí, señor danfish, como usted, yo soy hincha de un banderín.
Y sin ese banderín... Yo estaría incompleto.
Lo saludo con todo respeto.
Muy lindo. Van puntos.

Ya lo comenté otras veces. Para mí ser hincha de Independiente hoy, a los 53 años, y ver los partidos aunque estemos en las malas es un homenaje que le hago a esa camiseta roja que me regaló tantas emociones cuando era pibe.

Ese chico todavía existe en algún rincón del corazón y para él, la ilusión siempre se renueva.